Un arco efímero de estilo romano, adornado de guirnaldas y un escudo ovalado con un águila coronada sobre un nopal, colocado en su parte más alta, se recreará el próximo 27 de septiembre, tal y como el que se erigió hace 200 años para la entrada del Ejército Trigarante.
Para conmemorar la consumación de la Independencia de México el arco se construirá en la calle de Francisco I. Madero, entre la Casa de los Azulejos y el ex Convento de San Francisco.
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Diego Prieto director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmó a MILENIO que el propósito es hacer una evocación de ese momento protagonizado por el Ejército Imperial Mexicano de las Tres Garantías.
“Habrá un desfile con visitantes internacionales desde el Castillo de Chapultepec que llegará a la Plaza de la Constitución, mismo que hará su entrada triunfal por la calle de Madero”, refiere Prieto.
El historiador Salvador Rueda Smithers, director del Museo Nacional de Historia (MNH) platica que en los periódicos del día siguiente de la entrada de las fuerzas armadas, 28 de septiembre, “algunos cronistas dijeron que como nunca los habitantes de la Ciudad de México habían sido felices, y amaneció magnífico el día con las campanas al vuelo”.
El director del INAH explica que trata de una estructura efímera pero compleja, porque será grande y contará con la asesoría de los especialistas de la institución a su cargo.
La entrada triunfal del Ejército Trigarante es un acto relevante que se conmemorará con un programa especial, debido a que marcó el cambio más trascendente de la historia de México, como nación independiente.
Rueda Smithers dice que para construir ese arco se basarán en el cuadro que se pintó hace dos siglos precisamente como testimonio de ese acontecimiento. El historiador detalla que era una costumbre muy arraigada hacer arcos de duración pasajera, de uno a dos días, que eran construidos de madera, papel y telas pintadas, su uso con muchas alegorías era muy común recibir a los virreyes.
De acuerdo con el historiador, probablemente la pintura que representa este hecho histórico llegó al acervo del Museo Nacional, primer recinto museográfico en México, pues durante el gobierno de Guadalupe Victoria, primer presidente, una de las primeras convocatorias de su gestión fue para obtener objetos que hicieran memoria de la Guerra de Independencia.
“Existen tres cuadros que aluden a la consumación de la Independencia, éste sobre la entrada del Ejército sobre Plateros y Santa Isabel, hoy Eje Central y Francisco I. Madero. Otro, que muestra un arco frente a la Catedral Metropolitana, en la Plaza Mayor, y un tercero en el Palacio Virreinal, aunque todos sintetizan momentos importantes”, refiere.
La pintura que más se conoce es donde aparece Iturbide a pie, recibiendo las llaves de la ciudad con el beneplácito de la sociedad y de las parcialidades indias. Esa obra forma parte del acervo del Castillo de Chapultepec.
“Iturbide vuelve a entregar las llaves y esa acción hizo felices a muchos, porque después de haber estado la ciudad asediada durante 10 años, entró el ejército en son de paz, regresándole la autoridad a los ciudadanos”, subraya Rueda.
Luego de recibir las llaves de manos del coronel José Ignacio Ormachea en solemne ceremonia, Iturbide las devolvió y enseguida declaró: “estas llaves lo son de las puertas que únicamente deben estar cerradas para la irreligión, la desunión y el despotismo, como abiertas deben estar a todo lo que pueda hacer la felicidad común, las devuelvo en esencia fiado en que su celo promoverá el bien público que representa”.
Las crónicas indican que ese día se vio por primera vez la Ciudad de México adornada con banderas tricolores, hecho significativo porque en esa fecha dejó de ser Nueva España para convertirse en una nueva nación.
PCL