Aunque la definición de arqueología es simplemente: “El estudio de lo antiguo”, sus campos de conocimiento abarcan hasta el presente. Los arqueólogos utilizan para sus investigaciones todo el material disponible que les aporte elementos para conocer los aspectos humanos no solo de las culturas antiguas, sino también de la sociedad actual. En tiempos recientes ha habido muy importantes trabajos de arqueología industrial, dado que las construcciones industriales abandonadas comenzaron a tomar importancia dentro del estudio de la historia de la revolución industrial.
Para estudiar culturas prehistóricas, de las cuales no es posible encontrar más que los huesos de las personas de épocas remotas, el material estudiado solo puede analizarse con la técnica forense. A medida que se estudian culturas más recientes e incluso actuales, se pueden incorporar a las investigaciones los restos de la ropa, utensilios, armas e incluso las ruinas de las construcciones. Pero tampoco están excluidos los relatos históricos, los cuales pueden confirmar o cuestionar las informaciones que los restos materiales aportan.
Por este motivo, la arquitectura está siempre ligada al tiempo pasado, como producto nuevo y como la muestra de la permanencia de los objetos del pasado.
A este respecto el crítico Iréneé Scalbert, ha escrito, hablando del trabajo de estudio de arquitectura 6a: “La arquitectura abarca un tipo de trabajo detectivesco (una curiosidad forense). Los arquitectos miramos las cosas, buscamos debajo y a través de ellas, porque son fuentes de conocimiento, muestras de la capacidad inventiva de nuestros ancestros”.
De este modo confirmamos que el estudio de la historia, antigua o reciente, no es un simple accesorio del proyecto arquitectónico, es en realidad imprescindible.
Tangente
La arqueología utiliza la técnica de la investigación forense, la cual investiga fenómenos humanos utilizando como fuentes principales de información los vestigios materiales de las culturas antiguas.