Hoy por la noche arrancará una de las fiestas de la escena latinoamericana más entrañables que conozco: el Festival de Teatro Alternativo de Bogotá (Festa), Colombia, convocado desde hace más de tres décadas por la Corporación Colombiana de Teatro. El generoso festín escénico va del 22 al 31 de marzo con la participación de 58 obras en 12 escenarios de la ciudad: 36 grupos de la capital, 17 nacionales y cinco internacionales harán vibrar los corazones de artistas y espectadores en un festival que se ha distinguido más por ser un fraterno y crítico encuentro que conformarse con ser una simple vitrina.
Este ha sido el afán de su fundadora Patricia Ariza, que de la mano de Carolina Ramírez, Carlos Zatizabal y un enorme equipo de profesionales hacen posible el intercambio de poéticas y saberes en un ambiente siempre hermano.
Teatro, danza y performance, así como talleres, conversatorios y encuentros animarán también estos 10 días de Festa, que se anuncia como un “Encuentro de teatro y paz”. Quizá sea importante que los lectores de MILENIO recuerden que en buena medida los artistas de distintas disciplinas fueron coadyuvantes y francos militantes de los acuerdos de paz que se firmaron en La Habana el 24 de noviembre de 2016 entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el gobierno colombiano. En definitiva los artistas han sido promoventes, vigilantes y garantes de este proceso de paz que no se puede dar por concluido del todo. No son pocos los festivales teatrales, musicales y de otra índole que nacieron bajo el candente frío de las balas justamente para procurar la paz y la armonía a través del arte. El Festa ha sido un ejemplo enorme en los periodos más oscuros de la llamada guerra sucia.
En este Festa 2024 participan grupos extranjeros de Argentina, México, Venezuela y Estados Unidos. De nuestro país va un montaje con actores comunitarios del municipio de Tlaltizapán, Morelos, con un homenaje a Emiliano Zapata y la Revolución del sur: Estampas zapatistas, de Mulato Teatro en Comunidad.
Traspunte
Menor participación internacional
Entre un severísimo recorte al presupuesto del Festa por parte del Ministerio de Cultura de Colombia, la crisis en políticas culturales en Argentina y otros países, y el desastre cultural mexicano que este sexenio acabó con la movilidad de grupos artísticos al extranjero (salvo lo que el huipil dicte), se extrañará más participación internacional.