Bastaron 24 horas para que las réplicas casi exactas de la esculturas originales del David (de 5.5 toneladas de peso) y La Piedad (con 2 mil 600 kilogramos), de Michelangelo Buonarroti (Miguel Ángel), se montaran en el Museo Soumaya para el disfrute de sus visitantes.
Alfonso Miranda, director del recinto, explicó que estas obras, consideradas las más importantes del Renacimiento, fueron adquiridas por la Fundación Carlos Slim, réplicas que fueron diseñadas también en mármol de Carrara, material que utilizara el artista florentino, el cual se obtuvo de la misma cantera de Carrara, localizada en la región italiana de Toscana.
Detalló que las dos esculturas se elaboraron a escala, teniendo como referencia las originales de La Piedad y el David, que datan de 1498 a 1499, y 1501 a 1509, respectivamente. Las obras fueron realizadas con el pantógrafo manual: el instrumento que a través de la toma de puntos de un volumen permite la reproducción con gran exactitud.
Ello fue posible, precisó el también historiador del arte, “gracias a la autorización de los Museos del Vaticano, para el caso de La Piedad, y por el Ministerio de Cultura del gobierno italiano, para la reproducción del David.
“Ambas obras de Michelangelo fueron replicadas años atrás por la casa fundidora artística Ferdinando Marinelli, en escala 1.1, en Florencia, por la Galería Pietro Bazzanti, bajo la dirección del escultor Roberto Domina”.
Diversas versiones
“El David contemporáneo de 5.1 metros de altura se talló entre 2018 y 2020, resultando exactamente igual al que se exhibe en la Galería de la Academia, en la ciudad de Florencia. En cuanto a la nueva versión de la escultura de La Piedad, fue elaborada entre 2006 y 2012, cuyo original se muestra en la Santa Sede de la Ciudad del Vaticano”, agregó Alfonso Miranda.
La Piedad original se encuentra en la Basílica de San Pedro, la cual se exhibe detrás de un vidrio (vitrina), luego de que sufriera un atentando por un visitante que le cinceló uno de los pies.
Miranda compartió que “cada una de las esculturas, emblemas del arte occidental, viajaron por separado: siempre se planea así, por seguridad, previendo algún percance. Llegaron al Puerto de Veracruz”, desde donde fueron trasladadas a Ciudad de México.
A pregunta expresa de MILENIO sobre si tuvieron que concursar con otros compradores para adquirir estas obras, el director del Museo Soumaya respondió: “Afortunadamente no. En realidad ayudó el hecho de que las obras estuvieran ya hechas. Recuerdo que hace muchos años el ingeniero Carlos Slim le dijo a los dueños de una parte de la cordillera de Carrara que no vendieran la obra. Y de pronto ahora se pudo tener esta relación para ser evaluados por la Galería Pietro Bazzanti, que tiene la certificación para evaluar a sus compradores. Lo que nos ayudó es ser una institución cultural y gratuita. La negociación fue rápida, y hoy las podemos disfrutar y presentar a todo el público”.
Y además
Una labor de manos artesanales
Francesca Conti, curadora del Museo Soumaya, dijo que representa una gran oportunidad el poder apreciar estas versiones realizadas a partir de las originales. “De hecho, los modelos obtenidos fueron sacados por la casa fundidora Ferdinando Marinelli, y estos mármoles de Carrara fueron trabajados por artesanos altamente calificados de la galería florentina”.
jk