Art House México presenta la exposición de arte colectiva Entre el Cielo y el Suelo, que estará disponible hasta el 16 de noviembre. En esta muestra participan 22 artistas cuyas obras exploran un viaje que va desde lo real hasta lo imaginario, desde lo cotidiano hasta lo abstracto.
En una conversación íntima y reveladora, el artista Karlos Ibarra (Guadalajara, 1997) nos comparte su experiencia dentro de la exposición colectiva bajo la curaduría de Carlos Algara. Sus obras, que exploran la relación entre lo terrenal y lo abstracto, nos invitan a reflexionar sobre el romance contemporáneo y la conexión entre lo cotidiano y lo espiritual.
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Para Ibarra, exhibir en Art House México es un honor. "Es una galería con mucha proyección y para mí es un honor trabajar en proyectos donde la obra se muestra de la mejor manera posible", afirma. Además, reconoce que el recinto y la curaduría juegan un papel crucial en la percepción de su obra. "Cuando hay una buena curaduría y museografía, el público se siente más conectado con las obras, las entienden mejor".
La idea de la exposición nació al juntar las obras de Roberto Cortázar y Tori Pounds. Cortázar trabaja con arte abstracto, explorando temas como el origen del ser humano y el universo. Por su parte, Pounds se enfoca en lo cotidiano, mostrando escenas de la vida diaria. A pesar de sus diferencias, al ver sus obras juntas surge una conexión inesperada, creando un diálogo entre lo opuesto.
La exposición está organizada para que los visitantes puedan hacer un recorrido que empieza con lo más mundano y termina en lo más abstracto, mostrando cómo los artistas exploran temas universales como el amor, la esperanza, el miedo y la vulnerabilidad. La intención es que el público reflexione sobre lo que tienen en común las diferentes piezas, y cómo todas, de alguna manera, hablan sobre la existencia humana.
La participación de Karlos Ibarra en esta exposición surgió gracias a la invitación de Carlos Algara, quien también desempeñó el rol de curador. "La invitación a Art House México surgió por parte de Carlos Algara, quien hizo la curaduría de esta exposición", comparte Ibarra. Este evento reunió a 22 artistas en una cuidadosa selección que buscaba crear un diálogo entre diversas perspectivas artísticas.
La temática curatorial "entre el cielo y el suelo" fue el punto de partida para las piezas que Ibarra presenta. Como artista figurativo, encontró su espacio en el lado más terrenal de la propuesta. "Las escenas de besos forman parte de un romance contemporáneo", describe el artista, cuyo trabajo captura momentos íntimos y actuales.
Sus personajes, vestidos con ropa que claramente sitúa las escenas en el presente, son un reflejo de la vida cotidiana. "Trato de pintar a los personajes con ropa que identifique la época en que vivimos", agrega Ibarra, subrayando su interés por captar el espíritu de nuestra era.
La exposición está dividida en dos conceptos clave: el primero explora lo abstracto, lo irreconocible pero fundamental, mientras que el segundo se centra en el romance cotidiano y mundano. "Mi obra fue parte del segundo concepto, donde hace un contraste con las obras abstractas de los otros autores", explica Ibarra, destacando cómo su estilo figurativo complementa la estética abstracta de otros artistas.
Incorporar su estilo en esta muestra colectiva fue un reto, aunque el verdadero desafío, según Ibarra, fue para el curador. "El reto fue juntar a los artistas adecuados para tener un diálogo entre todos, y ese reto lo llevó a cabo Carlos Algara al seleccionar a 22 artistas y hacer una exposición impecable".
La obra central de Ibarra, En el paisaje: somos, trata sobre el amor y su capacidad de trascender. "Habla de cómo un romance entre dos personas se puede llevar a lo trascendental. Como cuando el amor hace que se detenga el tiempo", comenta el artista. Esta pieza encarna perfectamente la idea de estar "entre el cielo y el suelo", conectando lo terrenal con lo espiritual.
El uso del color y la forma es esencial en las piezas de Ibarra, quien busca transmitir emociones de manera armoniosa. "Siempre busco hacer una paleta de colores armónica, donde se pueda leer la obra de manera tranquila y al mismo tiempo sentir la imagen", explica.
La relación entre lo mundano y lo abstracto, tema central de la exposición, también se refleja en las obras de Ibarra. "Es como volar, pasas viajando al lado terrenal y vas volando hasta llegar al cielo, a lo esencial y espiritual", señala. Para él, este viaje es una metáfora de la vida misma.
De entre todas sus piezas, Ibarra tiene especial cariño por Forest and Fairy, una obra pequeña de 20x30 cm. "Es la primera obra tan pequeña que hago y eso para mí la hizo especial", confiesa el artista.
Su arte ha evolucionado hacia una estética impresionista, alejándose del realismo. "Mi reto es hacer obra de carácter impresionista, tener pinceladas más sueltas y experimentar con más texturas", asegura. Este nuevo enfoque será clave en su próxima colección, que verá la luz en 2025.
Art House México abrió sus puertas hace 7 meses en la colonia San Miguel Chapultepec, durante la Semana del Arte 2024. Desde entonces, ha apoyado tanto a artistas nacionales como internacionales, con un enfoque en el arte contemporáneo. Según el director y curador, Carlos Algara, descubrir nuevos talentos es una tarea desafiante, pero muy gratificante en un país tan lleno de creatividad como México.
Los artistas que forman parte de la exposición son: Roberto Cortázar, Tori Pounds, Shirin Abedinirad, Carolina Barrios, Jasmine Cadenhead, Fernanda Carri, Pia Dehne, Cristina Delgado, Jimena Estíbaliz, Fusca, Citlali Haro, Alice Herbst, Lanise Howard, Karlos Ibarra, Nelson Jalil, Magdalena Kluth, Natalia Monsivais, Kitty Rice, Owen Rival, Anastasia Shivrina, Tamar Sulakvelidze y Alyssa Tang.
PCL