¡Home run! El que pegó Alfredo Harp al impulsar a su hijo Santiago para anotar y crear el Museo de los Diablos, donde a través del arte, la historia, la afición y la arquitectura, se abordan los 82 años de tradición de la novena escarlata.
Los Diablos Rojos del México sorprendieron a los aficionados con este espacio que están estrenando, Museo Diablos Rojos, que les da un recibimiento con dos guerreros beisbolistas prehispánicos que se encuentran en el lobby, creación del artista juchiteco, Sabino Guisu, que dialoga con dos esculturas de mediano formato de Leonora Carrington.
- Te recomendamos Teatro Universitario de UAEMex presenta cartelera LGBT+ Cultura
El equipo que desde su fundación no había tenido un estadio propio, aunque por años jugó en el Estadio Delta del Seguro Social, y cuando lo cerraron para demolerlo, se fueron al Foro Sol de 2000 a 2014; de 2015 a 2018 en el Fray Nano, mientras esperaba a que se construyera este foro, diseñado por Alonso de Garay y Francisco González Pulido, donde, por cierto, se destinó un importante espacio para contar su historia.
Una historia incomparable, el recinto muestra con todo orgullo que fue el 26 de agosto de 1956 cuando Los pingos ganaron su primer título. A ese pasaje se suma en una de sus 14 salas, la faceta poco difundida del artista, filántropo y luchador social, Francisco Toledo, tal como lo presentó MILENIO en primicia: “Jugué muy poco beisbol estuve en un equipo en la primaria, tenía hermanos mayores que eran muy pesados conmigo. Cuando apenas tenía siete años me lanzaban pelotas para tirarme, entonces empecé a tenerle entre miedo y coraje al juego”. 20/02/2019.
Dicho relato no impidió que le siguiera gustando el beisbol, y en la amistad que fraguó con Harp Helú y su esposa María Isabel Grañén saliera siempre a flote el tema del Rey de los deportes. Toledo incluso les diseñó algunas libretas, dibujos, bocetos, acuarelas, pintó un autorretrato en una de las pelotas que se exhiben en la sala temporal Francisco Toledo, sobre el beisbol, parte de la muestra, en la que destacan los papalotes con imágenes con la novena, bates intervenidos, dibujos con anotaciones y recados que enviaba el artista a la doctora María Isabel Grañén.
Y hasta diseñó la reja de más de 75 metros de longitud que recibe a sus visitantes, bocetos y pruebas que se pueden apreciar en el nuevo museo
Francisco Ramos, director del estadio, dice que a la cabeza de este proyecto se encuentran, por la parte del beisbol, el señor Alfredo Harp Helú; por parte de la cultura y el arte, la doctora María Isabel Grañén y como administrador del proyecto, Santiago Harp.
Gracias a la cercanía de la familia con los artistas es que se logra tener esta muestra de arte, así como los curadores, museógrafos, historiadores, cronistas, diseñadores, están exhibidas obras, bocetos, cartas, postales, incluso con leyendas del artista Francisco decía: “Espero que les guste se me acaba de ocurrir, estoy trabajando en ello”.
El director del estadio cuenta todas las travesías por las que tuvieron que pasar, se refirió a la gente involucrada en el proceso: historiadores, artistas e incluso algunos de los jugadores, quienes donaron pertenencias para conformar el museo donde el deporte, la historia y el arte van de la mano.
Como parte del museo, mostró que en la parte exterior, se ubica el Jardín del honor donde se exhiben algunos de los números retirados de los jugadores, así como los que portaron peloteros mexicanos importantes en la historia de las grandes ligas, como Fernando Valenzuela.
Enamorará a los visitantes
Quien entre al Museo de los Diablos y recorra cada sala sin ser aficionado, tras adentrarse al mundo creativo terminará convirtiéndose en fiel seguidor de la novena escarlata.
Al llegar al nuevo estadio Alfred Harp, es imposible no quedar maravillado por su arquitectura, por la escultura de Sergio Hernández, y por los 11 murales inspirados en el llamado Rey de los deportes.
En una sala especial, los asistentes ven un video de siete minutos con la intención de que salga sintiéndose más diablo todavía, explica Agustín Castillo, el director del Salón de la Fama de los Diablos, famoso cronista y cuya voz es identificada con el beisbol.
“Es un recorrido a lo largo de la historia, aquí estamos viendo prácticamente las primeras 40 temporadas del equipo y lo hacemos de la mano de la recreación de la cabina de transmisión del parque Delta, como un reconocimiento a diferentes voces, para compartir cómo se ha narrado el beisbol a lo largo de los años. Tenemos el homenaje a las ligas negras, que es fundamental en el beisbol mexicano”.
Sentado en el trono del mismísimo infierno, Castillo explica que a esta zona la identifican como Los diablos más diablos y que es precisamente el nacimiento del museo.
“En el 65 aniversario del equipo, el propietario, don Alfredo Harp, anunció un Salón de la fama para su equipo, aunque no tenía un lugar físico para ubicarlo, decidió nombrar a la primera generación y posteriormente 10 años más tarde cuando el equipo cumplió 75, aun cuando se seguía sin tener un lugar físico, nombró a una segunda generación de inmortales. Ahora fue muy especial que el pasado 26 de abril, dentro de la tercera generación de esta sala, nombró no solo a jugadores, también hay gente de oficina, que ayuda en el campo y hasta periodistas”.
Castillo indicó que hay dos momentos claves, el primero lo constituye la presentación de la gran maqueta del estadio y el recuerdo de los anteriores, y la otra es porque mostramos la primera foto del equipo en este estadio.
“La razón es muy simple, durante 79 años los Diablos Rojos –el equipo más grande del béisbol mexicano– no tuvo una casa propia, entonces para nosotros fue el motivo de felicidad y, por supuesto, de la afición”.
El arte hecho una franela
La sala dedicada a los uniformes, preserva muchos recuerdos para los aficionados, pues resume las distintas épocas.
“Se confeccionaron esos uniformes especialmente para el museo, aunque el único original es de 1964, utilizado por Leo Rodríguez, uno de los mejores jugadores mexicanos de todos los tiempos”, afirma Castillo.
Hay un uniforme muy especial es el diseñado por el artista visual el Dr. Lakra, hijo del maestro Francisco Toledo. Él incorporó algunos tatuajes que han llamado muchísimo la atención.
En la misma sala se muestran los dibujos originales que se emplearon para este uniforme, acompañados de un video en el que habla de la parte conceptual y lo que le hizo para llegar a esta franela.
El nuevo uniforme que está a la venta, tiene impresos diferentes diablos, algunos de cuerpo completo, de otros únicamente aparecen los rostros.
“Prácticamente le prendió fuego, con sus diversas formas de ver a los demonios de los diablos. Además se le permitió que modificara un poco la M, la hizo más contemporánea al darle su toque, por eso es tan buscado este uniforme por los aficionados”.
También está el salón de trofeos con el lema “Ganar a la diabla”, que muestra los 16 títulos que han conquistado, algunos de ellos, porque no se tenían, fueron sustituidos por una singular interpretación artística.
El Museo de los Diablos tiene un costo de entrada de 100 pesos y se ubica en la parte posterior izquierda del Estadio Alfredo Harp, en la puerta 8 de la Magdalena Mixhuca.
DAG