Beckett en la roca y II

Teatro

El estreno en la prisión de alta seguridad se produjo en 1957 y cambió completamente la visión sobre la obra de Beckett.

Hubo tal entusiasmo entre los presos, que decidieron crear un grupo que llamaron San Quintín Drama Workshop. (Especial)
Jaime Chabaud Magnus
Ciudad de México /

La presentación en 1955 de Esperando a Godot de Samuel Beckett en la prision de San Quintín, La Roca, fue una conmoción, relataba Allan Mandel, director del San Francisco Drama Workshop: “La empatía entre los presos y la obra de Beckett fue completa. Identificaron al personaje de Pozzo con el Alcaide, el condenado a muerte era Lucky, y los presos Vladimir y Estragon. Inclusive a partir de entonces bautizaron el pasillo que servía tanto para entrar a la prisión como para salir rumbo a su ejecución (los condenados a pena capital) con el nombre de Lucky, que casualmente quiere decir suertudo.”

Hubo tal entusiasmo entre los presos, que decidieron crear un grupo que llamaron San Quintín Drama Workshop. De inmediato comenzaron a montar su versión de Esperando a Godot, e invitaron a Alan Mandell a ver cómo iban sus ensayos. Les propuso entonces dirigirlos y a ellos les pareció estupendo. El estreno en la prisión de alta seguridad se produjo en 1957 y cambió completamente la visión sobre la obra de Beckett, porque no era en absoluto “teatro del absurdo” dado que en el contexto carcelario cobraba un sentido muy específico y concreto.

Quien quedó a cargo del grupo San Quintín Drama Workshop era un joven preso condenado a cadena perpetua. Lo asumió con tal entusiasmo que al cabo de unos cuantos años trabajando con el grupo y por buena conducta le fue conmutada la pena y se pudo reincorporar a la sociedad como un trabajador del teatro bajo libertad condicional. Este joven preso era Rick Cluchey. Becket se había enterado de su trabajo y dado que Cluchey se encontraba en Europa, el dramaturgo lo invitó a trasladarse a Berlín donde preparaba el montaje de La última cinta de Krapp.

Cluchey comenzó a trabajar como asistente de dirección de Becket y éste consintió dirigir Final de partida con el San Quintín Drama Workshop. Fue entonces cuando llamaron a Alan Mandell para incorporarse al elenco y así, el director-actor norteamericano conoció a Samuel Beckett, gracias a un ex convicto.

TRASPUNTE

TEATRO PENITENCIARIO

Rick Cluchey continuó trabajando con el San Quintín Drama Workshop aún después de habérsele conmutado su pena y propagó en EU el trabajo de Teatro Penitenciario, donde montó versiones de Esperando a Godot, Fin de partida y La última cinta de Krapp.

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