Sin duda es muy difícil sacar del cine a Nelson Carro: trabaja entre semana en la Cineteca Nacional, como director de Difusión y Programación, y pasa muchos fines de semana con su familia disfrutando de algún clásico, también en la Cineteca. Desde hace medio siglo tiene el mejor trabajo del mundo: ver cine. Y desde 2007 es el principal responsable de que las salas del centro cultural siempre estén llenas.
¿Recuerda su primer acercamiento al cine en Uruguay?
Sí. A la una de la madrugada, un corto de Chaplin y El gran gorila (Mighty Joe Young, 1948). Tendría seis años.
El cine es totalitario, ¿le gustan los deportes, el futbol?
Deporte, nunca. A veces veo algún partido del futbol, pero no soy aficionado. Me interesa más bien toda la parte cultural. Es difícil porque en México hay mucha oferta cultural, pero es muy difícil que uno pueda hacer todo: o veo cine o exposiciones o teatro.
¿Qué lo entretiene?
El cine me sigue entreteniendo mucho, por eso vengo sábados y domingos a la Cineteca a ver películas fuera del trabajo. También meterme a internet, perder el tiempo en la web; o coleccionar cosas, cómics, me gustan mucho.
¿Sus cómics favoritos?
A mí me gustan los cómics de cuando era niño y que me formaron, los de editorial Novaro, de los 50. Leía Vidas ilustres o Mujeres célebres o Epopeyas y ahí aprendí muchas cosas de científicos, escritores, héroes. Siempre he dicho que Novaro, de alguna manera, era como la secretaría de cultura no solo de México. Los cómics nos formaron en muchas cosas a mi generación; más allá de la Pequeña Lulú y Lorenzo y Pepita; hay todo un cómic mexicano que fue bien importante para saber. Siempre me acuerdo quién fue Emil Zátopek, la Locomotora Checa, porque lo leí en el número 1 del cómic Novaro de Deportistas. De alguna manera eso fue lo que ahora puede ser Wikipedia. Ahora los cómics son muy intelectuales, compro las historias de Hugo Pratt, como las de Corto Maltés, pero ya son otra cosa.
¿Como cuántos tiene su colección?
Colecciono fundamentalmente de Vidas Ilustres, Mujeres Célebres, tengo una buena cantidad. Obvio de Tin Tin, Asterix, era muy fan de esos también. Descubro sobre todo que uno recuerda cosas de niño porque un día las leyó ahí en el cómic. Ahora colecciono una revista muy popular cuando era niño, El Grillo. Y me acuerdo que todo lo que sabía de mitos prehispánicos, de las tradiciones mexicanas, salía de esas revistas. Y, claro, es muy impresionante porque en esos años no había computadores, ni Wikipedia, ¡pero si ni siquiera había televisión cultural!, y entonces esas revistas eran fundamentales para un niño. Esas cosas marcan mucho y forman mucho y me parece importante recuperarlas.
Nunca lo he visto bebiendo mate, ¿qué se trajo de Uruguay que mantiene como tradición?
Efectivamente, casi nunca he tomado mate, ahora menos. Lo que más recuerdo era que en México no había la cultura del café, no de tomar café, sino del café donde te puedes sentar a tomar un vaso de vino o una cerveza, conversar con los amigos. Durante mucho tiempo eso sí me hacía falta, un lugar así.
¿Cuál es su lugar favorito fuera de la Cineteca y las salas de cine?
Vivo desde hace más de 40 años por Mixcoac. Ahora hay muchos edificios y oficinas, pero es una zona muy bonita, muy tranquila. Cuando yo llegué tenía algo todavía como de pueblito, a pesar de estar a una cuadra de Revolución. También durante mucho tiempo lo que me gustaba de México era recorrerlo, los pueblitos de Michoacán, Oaxaca, las playas no, menos.
¿Le da miedo la oscuridad?
No, nunca me ha dado miedo. ¿Qué me da miedo? El mar sí, casi no me meto, no soy hombre de mar para nada.
Nunca lo he visto sin barba, ¿en qué momento decidió dejársela?
En el año 68, con todo el movimiento, en Montevideo la secundaria estaba en huelga, y para no perder el tiempo, me metí a tomar un curso como de secretariado comercial, en el que aprendías a escribir a máquina y ciertas cosas de organización. Iba en las tardes noches a esa escuela y me afeitaba muy de vez en cuando; siempre me dio pereza. Y un día vino uno de los bedeles y me dijo: “¿Usted se está dejando la barba?”. Y pensé: “si le digo que no, me va a contestar: ‘Aféitese, no sea mugriento’”. Así que le dije “sí” y desde ese día no me afeité nunca más. Desde 1968 no me afeito.
¿Quién es tu personaje favorito fuera del cine?
Esa una buena pregunta, pero difícil. Los que se me ocurren tienen que ver con el cine. Pero te diría que Los Beatles, sin duda, me marcaron totalmente. Me acuerdo de la época de la radio, me ponía al lado a escuchar su nueva canción, recuerdo haber oído así varias que marcaron a toda mi generación.
¿Su álbum favorito?
Rubber Soul.
¿Quién era usted: John, Paul George o Ringo?
Sin duda John Lennon, era mi Beatle favorito.
¿Lloró cuando Mark Chapman mató a John Lennon?
Eso sí fue muy fuerte.