En medio de la cuarentena, rusos recrean famosas obras de arte y 'rompen' internet

La única regla que deben seguir es usar elementos que se tienen a la mano y no manipular la imagen digitalmente. Hay recreaciones serias y reverentes, así como superficiales y disparatadas.

Durante cuarentena, rusos recrean obras de arte desde casa (AP).
Editorial Milenio
Moscú /

Debido a la cuarentena por el coronavirus covid-19, recintos culturales de todo el mundo cerraron sus puertas como una medida para prevenir el contagio; sin embargo, un grupo de rusos, que no pueden acudir a sus amados museos, decidieron recrear obras de arte en sus casa y las publican en las redes sociales para llenar ese vacío espiritual. El grupo de Facebook Izoizolyacia en que publican se ha convertido en un hit monumental.

El grupo, con 350 mil seguidores, ha publicado miles de fotos, cada una de las cuales muestra la obra original y la recreación hecha en casa. Bajo las reglas del grupo, sólo se pueden usar los elementos que se tienen a mano y no pueden ser manipuladas digitalmente. Hay recreaciones serias y reverentes, así como superficiales y disparatadas. Las realizan rusos en el país y en el exterior.

La colección contiene algunas sorpresas impresionantes. Vitaly Fonarev recreó cuidadosamente la ropa y la cofia de la Niña con un aro de perla de Johannes Vermeer y supo captar el famoso resplandor del maestro holandés. La obra es tan convincente que uno tarda varios segundos en advertir que la “niña” es un hombre con la barba bastante crecida.


Irina Kazatsker halló que sus habilidades se adecuaban perfectamente al proyecto. La fotógrafa canadiense consiguió las luces y el trasfondo para una recreación reverente de La cena frugal de Picasso... con el agregado picaresco de un rollo de papel higiénico sobre la mesa.

“Decidí agregar un detalle provocador que se corresponde con el espíritu de la época”, dijo.

Mientras algunas recreaciones son resultado de horas de trabajo, otras parecen haber sido realizadas en cuestión de minutos, pero no son menos atractivas por ello.

La rendición de El grito de Edvard Munch por Natalia Rubina consistió en abrir un agujero en la reproducción a la altura de la cabeza del hombre angustiado y reemplazarla por la foto de un perro, que parece desconcertado.

Katerina Brudnaya-Chelyadinova, una cofundadora del proyecto, está encantada por la repercusión que ha tenido.

“Un chico en Italia escribió en inglés que nuestro grupo lo sacó del abismo de la tragedia que lo rodea. Yo no podía contener las lágrimas porque si esto puede hacer que alguien al otro lado del mundo se sienta feliz, entonces no es en vano”, dijo.

​amt

LAS MÁS VISTAS