El artista Jazzamoart muestra a MILENIO su más reciente libro con obra que sintetiza, en una edición especial y de gran formato, su trabajo de 2000 a 2022.
Con 60 años de trayectoria, el creador de origen guanajuatense presume este espléndido ejemplar “Jazzamoart, viaje al fondo de la pintura”, publicado por La Cabra Ediciones, en el cual reúne un centenar sus cuadros, acompañados de los textos de los especialistas Erik Castillo, Francisco Moreno, Carlos Blas Galindo, Sheilla Cohen, Luis Ignacio Sáinz y Blanca González Rosas.
En entrevista habla del significado de este ejemplar, dividido en cinco capítulos, producto del empeño de su hijo Jazzamoart Vázquez Smith y de su esposa, Nora Smith Castillo.
“Es un privilegio tener un hijo como Jazzamoart, que es muy emprendedor y aprendió muy bien las lecciones de su mamá. En este libro hay una gran producción, porque siempre trabajo mucho, todos los días, no importa el día ni la hora, es un buen compendio del trabajo de los últimos años y creo que está bien logrado.
“Es un ejemplo de todas mis inquietudes, lo más importante es que me lleva a la exaltación de la pintura como materia, como discurso, como placer, como algo eterno que no puede terminar nunca aunque muchos hayan vaticinado su fin”.
Búsqueda profesional
En su estudio rodeado de algunos de los cuadros de gran formato que aparecen en el libro, como Santos de mi devoción de 2022, reitera su petición a las autoridades de la Secretaría de Cultura y del Inbal de exponer su obra en el Museo del Palacio de Bellas Artes y de que se realice el Museo Jazzamoart en la tierra que lo vio nacer.
Por lo pronto está feliz de presentar Jazzamoart, viaje al fondo de la pintura, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, hoy a las 19:00 horas y poder montar aunque sea por algunas horas su obra Historia primaria del arte.
“Voy a tener a mi espalda este cuadro, que es una referencia a la historia de la pintura, toda la la metí prácticamente en él, desde los clásicos del Renacimiento hasta nuestros días”, cuenta Jazzamoart.
¿Su próximo libro sería su autobiografía?
De alguna manera mi autobiografía está en toda mi pintura.
¿Qué hay de su sueño de tener su propio museo?
Ya lo he intentado, hemos hecho algunos movimientos con mi familia, pero es un poco difícil, son duros los tiempos para el arte, son difíciles ya que el arte siempre está en crisis. Y bueno uno de mis sueños sería sobre todo que estuviera en Irapuato, la tierra que me vio nacer.
“Yo quisiera que más que dinero, porque ha crecido económicamente, tuviera mucho más cultura, que es una asignatura pendiente. Sí me gustaría hacer un museo de arte contemporáneo, principalmente en Irapuato, con mi colección de maestros y compañeros, así como con mi propio trabajo, pero es un sueño que me encantaría aterrizarlo en vida, y si no pues ya será cuestión de que mis hijos en un futuro lo concreten.
“Ahorita no he encontrado el eco y a veces sí te encabrona que, como dice el dicho, ‘no eres profeta en tu tierra’. Más allá de la egolatría, mi interés es dejar algo que le sirva al pueblo, que tengan un recinto donde pueda ver lo que es el arte contemporáneo y se les quite un poco lo pendejo, cosa que también está difícil, empezando por los que están al frente del gobierno, que a veces son entusiastas o brillantes pero se quedan un poco cortos en el ámbito cultural, no se ha entendido que la cultura es lo que más trasciende en la humanidad”.
¿Qué le han dicho de su deseo de exponer su obra en el Museo del Palacio de Bellas Artes?
He participado en muchas muestras colectivas, pero no he tenido una exposición individual. Lo he sondeado desde los tiempos del gobierno de Vicente Fox, creí que por ser paisano me iba a apoyar para lograr ese cometido, pero no fue posible, en fin, es algo que me encantaría, pero tampoco me quita el sueño.
“Siento que por la trayectoria, el trabajo, los logros y los años chinga sería merecedor de ocupar ese espacio, sobre todo tomando en cuenta que en otras ocasiones, sin meterme en problemas de envidias o de discusiones pendejas, se lo han dado a otros artistas y no me siento inferior a muchos de ellos.
“Obviamente me gustaría también tenerlo, pero tampoco voy a tirarme por la ventana si no me lo dan. Y si me lo dan cuando ya me haya llevado la chingada, lo disfrutarán los hijos así como los nietos, sin duda que me mandarán una carta al infierno, donde estaré con los artistas, con otros pintores, con los poetas malditos y con alguna que otra musa inspiradora, emborrachándonos. Ahí me llegará la invitación a la exposición de Bellas Artes, por lo que saldremos del infierno.
“Lo tomo un poco a desmadre y a vacilada porque no son cosas que dependan de mí, yo trabajo y seguiré trabajando, eso es lo que me importa, ahí es donde enfoco mi energía, más que a promover o a buscar mausoleos en vida”.
caov