Pia Camil es licenciada en Bellas Artes por la Rhode Island School of Design y obtuvo una maestría en la Slade School of Fine Art, en Londres. Sus obras han sido expuestas en el Museo Guggenheim de Nueva York, el Tramway Art Space de Glasgow, la Galerie Sultana de París y el Basque Museum Center for Contemporary Art de Vitoria-Gasteiz, España, pero en México, hasta ahora, solo ha participado en una exposición institucional.
Tu obra habla sobre consumismo, ¿crees que si hubiera más información sobre el daño ambiental que causa el consumo desmedido, la gente seguiría comprando de la misma forma?
Según el documental The True Cost (2015), la industria de la moda es la que más contamina a escala mundial, y no solo eso, ahí nos explica que sus políticas y prácticas laborales son devastadoras. Está claro que el problema no solo son los consumidores sino también la industria. Sí es posible cambiar nuestra relación con lo que compramos, apoyando marcas locales, sustentables y con políticas laborales que beneficien al trabajador, pero hay que entender que no siempre es el caso, la gente con menos recursos no tiene esa opción. La razón por la que el fast fashion es popular es porque es barato, entonces entramos en un círculo vicioso donde el comprador termina por ignorar esas injusticias.
¿Crees que la pandemia haya desviado la atención sobre la crisis de inmigración mundial?
La pandemia ha desviado la atención de todo y estamos en un reajuste a escala mundial, pero específicamente en la inmigración hemos visto un renovado interés debido a las elecciones estadunidenses. Las malas políticas de Trump respecto a la inmigración están siendo expuestas y ahora sabemos que la resolución que tomó de separar a más de 500 familias de sus hijos en la frontera fue una decisión política y consciente. ¡Eso es alarmante!
El urbanismo ha cambiado, dado que la gente hoy está buscando vivir fuera de las ciudades, ¿crees que esto afecte el arte?
Al contrario, yo creo que lo beneficia. El arte no solo se hace en las ciudades. Es importante descentralizar las grandes urbes para poder tener una oferta representativa de la diversidad que hay en el país.
México es un país avanzado en arte, pero atrasado en moda. ¿Qué opinas al respecto?
Estoy en desacuerdo con esa teoría. Al contrario, creo que México está en un momento muy propositivo en cuanto moda, hay marcas muy interesantes como Barragán (con sede en Estados Unidos pero fundada por un mexicano), agencias de modelaje como Güerxs (enfocadas en temas de género) o la película Ya no estoy aquí de Fernando Frías de la Parra que han definido el estilo mexicano a escala internacional y no le piden nada a nadie. Son propuestas frescas con mucha identidad y situadas totalmente en nuestro tiempo.
¿Consideras que hay más trabas en el mundo del arte para una mujer que para un hombre?
Ser mujer en un lugar como México y especialmente en las artes puede llegar a sentirse limitante, pero eso nunca me frenó. En muchas ocasiones llegué a pensar que tenía más que ver conmigo que con el sistema, pero conforme fui creciendo y acumulando experiencia y reconocimiento, me preguntaba: “¿Por qué en mi país no sucede lo mismo? He hecho innumerables exposiciones en diferentes partes del mundo, menos en México”. Aquí solo he hecho una exposición institucional y próximamente tendré la segunda en el Museo Tamayo. Afortunadamente creo que eso ha ido cambiando, ahora hay más mujeres en México dirigiendo instituciones y eso me entusiasma.