A un par de días de inaugurar su exposición Alma y materia, en la Casa Lamm, la pintora y dibujante Paola Celada improvisa: con agua de una botella rebaja un poco de pintura negra sobre un pequeño recipiente. Desea repintar el marco de una de sus obras, a la que le encontró un pequeño detalle; quiere que todo quede perfecto.
Acude a primera hora a la galería para supervisar los detalles del montaje de su muestra. Dialoga con Avelina Lésper, curadora de la exposición, y con Mariana Chapa, directora de Artes Visuales de Galería Casa Lamm, sobre la distribución de los cuadros y de su instalación, con la que espera deleitar al público.
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Apenas el 26 de mayo, Paola Celada inauguró otra exposición, Memorias de un genio, con la que rindió homenaje al pintor Julio Galán y al promotor cultural, mecenas y galerista Guillermo Sepúlveda, en el Centro Cultural San Ángel. Fue a beneficio de las estancias infantiles de la Alcaldía Álvaro Obregón. Este miércoles sorprenderá al exhibir sus más recientes creaciones, ahora en la colonia Roma.
La infancia marca
La artista dice que no para de crear: “No me canso de pintar. Cuando no estoy pintando pienso que estoy perdiendo el tiempo. Para mí pintar es como un descanso, como una terapia”.
Esta vez optó por abordar el tema de la infancia, porque asegura que todo el mundo está marcado por ella para bien o para mal.
“A lo mejor lo bloqueaste, tal vez no te acuerdas de esos días, como tú quieras, pero la infancia te marca. A consecuencia de la pandemia de covid 19 estuve encerrada y muy apegada a mis hijas, todo el tiempo permanecí analizando muy de cerca la personalidad de cada una ellas, fue entonces que nació la idea de hablar de este momento de la vida”.
Al reflexionar sobre qué acontecimiento la marcó cuando era niña, la artista compartió que tuvo una infancia muy libre, que la dejaron hacer lo que quería; en consecuencia, la disciplina no era un verdugo.
“Mis hermanos son mayores y muy respetuosos conmigo, en mi casa reinó la creatividad y la invención. Mi papá tiene un taller en el que armaba aviones, carros y motos; uno de mis hermanos tenía un estudio de música, tocaba todos los instrumentos, lo sigue haciendo. Y yo tenía mi taller de arte, entonces como que siempre nos complementábamos, mi hermano me hacía de repente canciones para los cuadros, y yo le agarraba a mi papá material de los aviones para utilizarlo en ellos”.
Por esa razón, explica, no puede repetirse, como artista le encanta, le fascina, crear siempre cosas nuevas.
Su lenguaje
En esa búsqueda por consolidar su propio lenguaje, Paola Celada (Nuevo León, 1979) tomó la decisión de crear obras con los rostros de las personas, que ama o que admira, de cuando eran niñas, y ofrece una serie con los rostros intervenidos de María Félix, Virginia Woolf y Frida Kahlo. A ellos sumó a su mamá, Carmen Garza, en el cuadro Yo traigo mi canasta de huevos por si acaso, y a su suegra, Patricia Albuerne, en la obra Luz de sol.
En Casa Lamm, la artista, que ha realizado obra para la Colección MILENIO Arte, recibió los objetos que integran la instalación que mostrará y ve cómo la arman. Explica que es una casa espejo en la que el espectador puede verse desde todos los ángulos y meditar: “Estás viendo la versión de afuera, para poder pasar esa barrera y decir: ‘Pasé la dimensión de quién soy yo’”.
Retratos de infancia
Avelina Lésper, directora de la Colección MILENIO Arte y curadora de la exposición Alma y materia, habla de lo que será y del trabajo de Paola Celada
“La exposición comienza con una obra muy especial, que es Negro sobre negro, es un ejercicio de texturas que está haciendo Paola y que tiene diversos elementos. Cuando vean la pieza, apreciarán un collage y un relieve escultórico pintado y, al lado, la galería de retratos de puras niñas, que son y han sido grandes mujeres”, expuso la crítica de arte.
Para cerrar la exposición, entre cintas métricas, desamadores y el ruido de los martillos, Lésper explica que al final habrá un enorme corazón que implica un círculo de emociones y de sentimientos alrededor del estado efímero de la infancia.
En plena organización de Alma y materia, la museógrafa Mariana Chapa recuerda que es la tercera vez que Paola Celada expone en la Casa Lamm.
Comenta que siempre han recibido a artistas a favor de la evolución de la historia, del color, de la técnica, de la felicidad y de los sentimientos, y que lo increíble es que Paola Celada contempla esos elementos en sus obras.
El mejor ejemplo, refiere Chapa, es el cuadro de gran formato Joaquín y Julieta, en el que Celada irradia felicidad, tan necesaria después de los estragos de la pandemia en México y en el mundo.
- Alma y materia se inaugura mañana y podrá visitarse a partir del jueves en Casa Lamm, Álvaro Obregón 99, colonia Roma.
DAG