En reciente paso por Cali, Colombia, visité por razones académicas la Fundación Sarmiento Palau, que dirige María Clara Naranjo Palau, actriz egresada del Emerson College (Boston – USA), que entre sus obras teatrales destacan Juan Caracol (2014) y El lobo feroz (2018). También se ha desempeñado como autora de diferentes canciones que ha escrito para artistas como Willy García, entre ellas “A mar y amar” y “Melancolía”. Como presidente vitalicia de la Fundación, continúa interpretando el espíritu de sus fundadores y las necesidades sentidas de la Colombia herida, dando prioridad a la creación de la Casa de las Artes, que es un hermoso proyecto de producción y gestión cultural, que busca crear condiciones óptimas para el crecimiento de jóvenes talentos en el campo de las artes y al desarrollo sociocultural del Valle del Cauca y el país.
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De la mano del director y dramaturgo caleño Fernando Vidal (con larguísima trayectoria académica y artística) han llevado a escena Juan Caracol que es un deslumbrante musical con 15 actores en escena. Coherente con los propósitos de la fundación, el equipo actoral trabaja intensamente en condiciones prácticamente imposibles para los artistas vallecaucanos: cuentan con un salario fijo más prestaciones de ley. El proyecto, de hecho, va más allá de este montaje y se plantea también la formación intensiva de estos jóvenes entre 20 y 32 años cuyo futuro laboral, luego de haber cursado licenciaturas en artes, suele ser de muy tortuoso despegue.
De la autoría de María Clara, Juan Caracol es una historia de la costa de Playa Blanca que nos cuenta la historia de amor entre un caracol y una palmera; y los obstáculos que han de vencer para conquistarlo. El estupendo trabajo de la mancuerna Naranjo-Vidal, ha dado como resultado el primer musical en la historia reciente del teatro en Cali (que se suelen importar de Bogotá). Lo cierto es que la conexión con el público familiar es total y lo demuestran los niños al volcarse al escenario al final de la función.
TRASPUNTE
ESTÓMAGO LLENO
Las condiciones de estabilidad económica, en cualquier tipo de arte, son fundamentales para su desarrollo. La visión romántica del artista miserable que crea con un mendrugo en la boca es una mentira perpetuada por los gobiernos. El rigor estético se consigue con el estómago lleno.