Como cada año, Melita Martínez Guillén participa en la celebración de Xantolo en Huejutla de Reyes, para vender sus artesanías, mismas que elabora en familia y con las que ha logrado ofrecer estudios a sus cuatro hijos, el mayor cursa la universidad.
Esta mañana, inició desde temprana hora a acomodar por tamaños, colores y tipos de figura, las artesanías que realiza en unión con su hermana y su padre de 72 años.
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"Cada año nos ponemos aquí en Huejutla, sabemos que nuestras artesanías son parte de esta tradición de las ofrendas, en las que debe tener una artesanía de Chililico, y nosotros hacemos con orgullo y con gusto cada una de estas piezas”.
"Todo lo que hacemos es parte de las tradiciones, es parte de mi vida y la formación de mis cuatro hijos, porque gracias a mi trabajo, a lo que ofrecemos y realizamos día a día, he podido darle estudios a ellos, lo más importante para mí", expresa Melita, mientras acomoda las decenas de caballitos pintados en color marrón con pinceladas de pintura blanca, tradicionales de este municipio.
Asegura que, por falta de lugares de exposición, se está perdiendo la tradición, por lo que espera que haya más espacios para mostrar sus artesanías. "Se está perdiendo la tradición porque no hay lugares dónde exponer, y si no mostramos más de lo que hacemos, de nuestra tradición, seguirá desapareciendo”.
"Todos en mi familia trabajamos para hacer la artesanía: mi papá de 72 años, él hornea las piezas; y entre mi hermana y yo las hacemos, mientras que mis hijos las pintan", expresó.
Melita aprendió desde los 10 años a realizar la artesanía, tradición que está pasando a sus hijos para “evitar que se queden en el olvido y se pierda esta tradición", expresa, mientras mira al cielo y agradece que esta mañana de viernes el sol haya salido en todo su esplendor.
Melita quedó viuda hace un par de años, por lo que tuvo que ir a vivir a casa de su hermana, con quien ha hallado el respaldo y el cariño para seguir adelante con esta ardua tarea de educar y ofrecer lo mejor a sus hijos.
"El más grande de mis hijos ya está en la Universidad Tecnológica, está estudiando normalismo y me siento orgullosa de ello, pero sigue ayudando con la artesanía y hace los aretitos y los vende, a veces no le da tiempo para hacer más por la escuela, pero siempre es un orgullo que no dejen de aprender a hacer las artesanías”.
"Tengo otro hijo en la secundaria, uno en la primaria, acaba de iniciar, tiene seis años, así que aún me queda camino por recorrer y luchar, pero me gusta lo que hago, me llena da de vida y estoy orgullosa de ser artesana indígena de Chililico", expresa.
Entre sus vasijas, platos, charolas jarrones y demás artesanía, Melita procura que todo quede por color y nuevamente ve al cielo, en espera de que el alma de su esposo llegue este 2 noviembre y le diga que "todo estará bien".
"Han sido seis años sin él, pero sé que nos acompaña y que mañana me dirá que tendré la fuerza para continuar adelante, de cuidar a los niños y de ser la mejor madre para ellos, porque no tengo de otra que seguir adelante", concluye.