Raymundo Pérez Mendoza, artesano poblano originario de Huaquechula, lucha para dejar un legado con la elaboración de las ceras escamadas, pues es el único en el municipio que se dedica a este oficio. Este trabajo le valió el reconocimiento de la Secretaría de Cultura del estado de Puebla como “Tesoro Humano Vivo”.
En entrevista con MILENIO Puebla, Raymundo destacó que su sueño es que su labor continúe, pues consideró este oficio como un orgullo para los habitantes del municipio ya que en temporada de Día de Muertos arriban turistas para apreciar este trabajo y comprar las velas escamadas.
“Me gustaría mucho que no muera este trabajo y deje un legado, es un orgullo para Huaquechula cuando llegan los visitantes de todas las partes. Viene mucha gente del extranjero y les gusta mucho mis ceras y se las llevan; han llegado hasta Nueva York”, destacó.
Con nostalgia, señaló que habitantes del municipio no expresan interés por aprender la elaboración de velas, pues es un trabajo que conlleva riesgos por el uso del fuego directo en las manos, el cual solo deja ingresos en la temporada de Día de Muertos.
Ante esto, dijo que en diversas ocasiones las autoridades municipales han convocado a los jóvenes y personas de todas las edades para que aprendan el oficio a través de talleres, sin embargo, no ha existido una respuesta favorable.
Asimismo, refirió que ante la falta de interés de la población de este municipio, su único aliento son sus tres hijos que aprendieron el oficio y actualmente también se dedican a la elaboración de ceras escamadas. En este contexto, resaltó que desde hace 48 años se inició en esta artesanía, sin embargo, destacó que también realiza el trabajo de repujado en lámina, pues es otra de las pasiones.
El artesano explicó que este trabajo lo aprendió de una persona con la que laboró y también aprendió música, toda vez que era mariachi; al tener el gusto por la música acudió a clases y fue en este lugar donde se dio cuenta que este trabajo artesanal sería una de sus fuentes ingresos por varios años.
Narró que al contar con una familia surgieron las necesidades económicas. Por lo anterior, decidió aprender a realizar las velas y contar con su propio negocio, ya que inició como campesino y no era suficiente el dinero para cubrir con las necesidades de la familia.
A la par, Raymundo compartió que al realizar las velas también comenzó con el trabajo de repujado en lámina, el cual fue una herencia de su papá, quien le enseñó este segundo oficio.
Precisó que actualmente trabaja sobre pedidos y algunos son para el extranjero, es decir, para las ciudades de Puebla, San Martín Texmelucan y Acatlán, además del Estado de México, incluso Nueva York, en Estados Unidos. Además, dijo que una persona de la región mixteca de Puebla le pidió que le enseñara el arte de esta cera.
Pérez Mendoza puntualizó que este proceso se lo enseñó al habitante de Acatlán de Osorio y ahora produce las ceras: “No quiero que esto se acabe conmigo. Ya me siento grande, tengo 77 años y tengo la necesidad de que alguien herede los oficios que tengo. Gracias a Dios, tres de mis hijos ya trabajan la cera escamada, el repujado en lámina hasta el momento no les ha interesado”.
Sobre el reconocimiento que recibió por parte de la Secretaría de Cultura de Puebla, consideró un orgullo ser galardonado, ya que su trabajo es original. Comentó que el arte de escamar la vela lo hacen diferente en la ciudad de Puebla y en de Atlixco, además que decora con listones de colores y estampas de ángeles para que las velas sean más vistosas.
“Es una satisfacción obtener este nombramiento y es algo que me motiva, agradeciéndoles a las personas que influyeron en esto. Me siento muy complacido y contento con la Secretaría de Cultura y todos los que tomaron parte de esto y que a través de muchos años mi esfuerzo tenga frutos con este nombramiento y he complicado con mi deber; además, las vendo a precios accesibles desde 35 pesos cada vela”, finalizó el entrevistado.
AFM