A unos días de que comience una edición más de laFeria y Festival Cultural Internacional Alfeñique 2023, artesanos del dulce tradicional están listos para atender la demanda y cumplir con las expectativas de las más de 3.5 millones de personas que se esperan arriben a la capital mexiquense.
Durante todo el año se han preparado y han elaborado con mucho amor, destreza y creatividad cientos de piezas tradicionales de alfeñique, azúcar y chocolate.
Al igual que en 2022 el taller Corazón de Alfeñique ofrecerá al público sus calaveras alusivas a los "michis y lomitos" que se adelantaron en el camino y guardan un lugar especial en el corazón de las familias.
Araceli Elisa López Fernández, integrante de la Unión de Artesanos y Dulce Regional de Toluca, dedica más de 10 horas diarias en la elaboración de sus productos que van desde los típicos ataúdes, borreguitos, gallinitas, puerquitos hasta catrinas, calaveras y trabajos especiales.
Cada una de sus piezas es única e irrepetible, se distinguen de otras por sus colores y decorados, y para cubrir la demanda de esta temporada cuenta con el apoyo de cuatro personas más.
La elaboración es un proceso lento
El proceso de elaboración de cada pieza de alfeñique es lento y depende mucho de las condiciones climáticas, primero se hace y moldea la pasta, la cual se deja secar entre dos o tres días para después unir, lo cual implica otro día.
“En general nos tardamos entre cinco y seis días por pieza, entre más grande, más tiempo requieren, tardamos hasta 8 días en tener una figura terminada. En la calavera de azúcar nos hacemos lo mismo porque primero es el vaciado, pero debemos dejar que la humedad se vaya, esto nos puede tardar entre 8 y 15 días, para seguir con el decorado”.
En cada temporada llega a realizar hasta 5 mil paletitas de chocolate mientras que piezas de alfeñique son algunos cientos o decenas, porque tardan más en elaborarse.
“No hacemos millares porque no somos una industria, somos artesanos, en mi caso no repito ningún decorado y trato de personalizar mis productos fuera del tradicional”.
"michis y lomitos" otra vez la novedad
Luego de que el año pasado Araceli sacará a la venta calaveritas de "michis y lomitos" y se quedara corta ante la demanda, en esta ocasión elaboró un poco más con diseños muy creativos. Este año el color negro es la novedad.
“No sabía que tendría tanto impacto, me quedé debiendo piezas el año pasado. Este año cada pieza estará en 100 pesos, pero sí compran más de tres las daré en 90, lo que sí es que no vendo mayoreo”.
Si bien el diseño tradicional implica mucho punteado, hoy ha colocado flores, corazones, diferentes figuras y colores llamativos a las calaveritas de “michis y lomitos” para cautivar a sus clientes.
“Esto es para llamar la atención de las nuevas generaciones, lo cual ha funcionado mucho”.
También ha sacar por completo, desde hace unos años, el papel metálico y la lentejuela por seguridad de los niños, y aunque le incrementa el costo, todo el material que maneja es comestible.
Por costo de materia prima subirán un peso sus productos
Los artesanos confían en que este será un gran año, especialmente, por el número de personas se esperen arriben del 3 de octubre al 19 de noviembre, y la gran difusión que se ha hecho de la Feria.
Las 84 familias que desde hace varias generaciones se dedican a esta actividad buscarán reactivar su economía y el comercio.
“La mayoría habitan en el centro de Toluca, pero hay quienes en su momento aprendieron en los barrios populares y con paso del tiempo se desplazaron a otros municipios como Almoloya de Juárez o Zinacantepec”.
Este año el encarecimiento de la materia prima obliga a los artesanos a incrementar entre uno y dos pesos el precio de sus productos, pues solo el bulto de azúcar pasó de mil 600 a casi 2 mil pesos, lo mismo pasó con el chocolate.
“No quisiéramos subir los precios, pero lo tenemos que hacer, con el amor que le tenemos a la artesanía, también es un negocio, es necesario subir entre uno o dos pesos a las figuras”.
Pese a todo ofrece artesanías ‘baratas’ considerando todo el trabajo que está detrás, pues tiene borreguitos de 10 y 15 pesos, así como 300 pesos, el más caro, “un corazón como los que hago está en 500 pesos, pero se trata de trabajos especiales y por pedido”.
Lo más importante -asegura- es que no haya regateo a los artesanos, pues incluso el dulce de pepita tiene todo un proceso de elaboración muy complicado que requiere ser valorado.
Todo el año difunde el valor del alfeñique
Araceli asegura que todo el año trabaja y ofrece talleres, exposiciones y pláticas en escuelas para invitar a la gente a conocer más sobre un tema que representa la identidad cultural de los toluqueños y que debe seguir permeando, principalmente, en las nuevas generaciones.
“Hay gente que consume para sus ofrendas en esta temporada, pero al final es una costumbre que no debe terminar ahí, debemos seguir impulsando el consumo del alfeñique y la calavera de vaciado de azúcar”.
Gracias a un intercambio cultural, este año tuvo la oportunidad de viajar a Colombia y conocer a artesanos del alfeñique. En esta ocasión una colega de aquel país estará en Toluca para compartir sus conocimientos en el Pabellón Internacional, pues en aquel país son las mujeres quienes destacan la tradición.
“La base fundamental sigue siendo el azúcar, pero el proceso y la celebración es totalmente diferente. En el Festival presentará un libro en el Museo del Alfeñique, una cocina en vivo para hacer alfeñique toluqueño y colombiano, y en un foro hablará de las dos tradiciones”.