El jueves por la noche, en medio de la lluvia, los capitalinos fueron sorprendidos en diversos puntos de la ciudad con la intervención artística Somos las voces detrás del muro del creador afroamericano Hank Willis Thomas, quien decidió, junto con la doctora Baz Dreisinger, profesora del John Jay College of Criminal Justice, en Nueva York, y Fundadora y Directora Ejecutiva de Incarceration Nations Network (INN), compartir con México su proyecto creativo.
Willis Thomas, quien no estuvo presente en esta intervención, considera que los artistas son “los legisladores y los parlamentarios de la esperanza”. La pieza artística, conformada por notas, ensayos, cartas, dibujos y poemas que se han escrito desde prisión, tiene por objeto que “la gente reflexione sobre su rol en el mundo y cómo debe vivirlo”.
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Por eso cobra relevancia que con esta propuesta se interviniera el edificio de la Fiscalía General de la República (FGR) en Paseo de la Reforma, el cual le sirvió como pantalla para proyectar la instalación frente al campamento y los carteles de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa.
Para la versión difundida en Ciudad de México, se hizo una selección de piezas con una resonancia especial durante este tiempo de la cuarentena. Son textos que hablan sobre el aislamiento y el miedo que se respira en las cárceles por el covid-19.
De igual forma, la proyección irrumpió en las fachadas del edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la estación del metro Cuauhtémoc y la esquina de Álvaro Obregón e Insurgentes.
“La necesidad de prestar atención a estas voces ahora, en la pandemia, aumenta exponencialmente, ya que las cárceles de todo el mundo son diezmadas por del covid-19 y ahora es el momento de actuar. En México y América Latina, donde el virus está golpeando especialmente fuerte en este momento, queríamos ampliar el trabajo y las demandas de nuestros socios de INN que están pidiendo liberaciones de prisión y una reforma radical del sistema”, respondió a través de un cuestionario la profesora Baz Dreisinger.
Impulsora de esta iniciativa artística, recuerda que ambos decidieron colaborar en un proyecto que mostrara el encarcelamiento masivo: “tuvimos la idea de dejar que el proyecto fuera la voz que puede hablar mejor que nadie sobre el dolor y el horror tras las rejas de la prisión”.
Dreisinger cuenta que hasta ahora “hemos exhibido Somos las voces detrás del muro en formato de proyección en tres ciudades de los Estados Unidos: Nueva York, Washington DC y Columbus, Ohio, el estado más afectado por la pandemia en las cárceles. En Nueva York y Columbus exhibimos en cárceles y juzgados, porque son el corazón de la crisis. En DC exhibimos en el Departamento de Justicia de los Estados Unidos. Seleccionamos edificios que son relevantes para la justicia penal y también icónicos por sus ubicaciones, ya que este es un proyecto de arte global y queremos transportar a personas de todo el mundo con él”.
La profesora dice que al principio no eligió conscientemente recoger cartas de las cárceles. “He estado en prisiones en al menos 50 países y solo estaba acumulando muchas de ellas porque la prisión es uno de los pocos lugares donde las cartas y notas escritas a mano siguen siendo una realidad importante. No quería tirarlas, así que las apilaba en mi armario, pero luego se convirtieron en Somos las voces detrás del muro”.
PCL