Acosada por la voracidad inmobiliaria, amenazada por el interés económico de las grandes corporaciones y la indiferencia de las autoridades, la Cooperativa Palo Alto de Cuajimalpa, la primera en su tipo en América Latina, resiste ante esos embates que persiguen su extinción para construir megaedificios con oficinas y departamentos en las 4.6 hectáreas de esa área.
Hace siete años, al enterarse de la existencia de esta singular comunidad, dos creadores artísticos decidieron recuperar la memoria del sitio.
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Se trata de Sara Escobar (México, 1984), fotógrafa y cineasta documental, centrada en la identidad y la justicia social, y Pablo Ramos (México, 1982), director de fotografía y realizador de documentales, interesado también por la justicia social y las personas que trabajan por la construcción de un mundo mejor.
Es un lugar único, fundado en los años 70 por migrantes de Michoacán que laboraban en una mina de arena que estaba en ese lugar en condiciones indignas y prácticamente pagaban por trabajar, pues les cobraban renta por las chozas que habitaban.
Los orígenes
Sara Escobar y Pablo Ramos relatan a MILENIO, en exclusiva, que las personas lucharon por la mina cuando se iba a cerrar, se organizaron en forma de cooperativa y ganaron el derecho a vivir en esos terrenos, lo que les permitió a 240 familias edificar sus casas ahí.
Los artistas aseguran que el plano original es muy bonito porque son viviendas muy dignas, todas iguales, resultado del proyecto de los arquitectos Tito Acuña y Enrique Ortiz.
Escobar y Ramos son fundadores de Tortugas al Viento, un taller de creación colaborativa enfocado en el trabajo fotográfico, cinematográfico y documental a través de procesos horizontales.
La zona estaba rodeada de un basurero, cuenta Escobar, para quien las imágenes son una oportunidad para descubrir otras realidades. Después se levantó el edificio conocido como el Pantalón, más tarde se hicieron otras construcciones que acorralaron a la Cooperativa Palo Alto, que resulta ser una especie de oasis en medio de la presión inmobiliaria, ya que cada metro cuadrado puede superar los 4 mil dólares.
Sara Escobar cuenta que desde los años 90 empezaron las rupturas en la cooperativa a consecuencia de un grupo disidente que quiere vender pero la tierra es comunitaria y por ello el tema es muy complejo.
“Quisimos exponer esta realidad a través de un proyecto multimedia, documentando la historia de la Cooperativa Palo Alto con las voces e imágenes de sus habitantes y recuperando la memoria de sus fundadores”, refiere Escobar, becaria de la VII Academia 2022.
El proyecto, resultado de siete años de registro documental, se llama Aquí amanece más tarde, el nombre obedece a que al construirse torres tan altas alrededor prácticamente no dejan pasar el sol a las casas de Palo Alto.
Pega-resistencia
Con la convicción de que deben honrar la confianza recibida por la comunidad, Sara Escobar y Pablo Ramos se propusieron devolver el proyecto al lugar donde nació, así que trabajan en la exposición Pega-resistencia, que se inaugura este 3 de mayo en la propia cooperativa.
La intervención artística y documental, que cuenta con el apoyo de coinversiones del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales, consta de la colocación, en 120 techos y muros, de unos 2.5 kilómetros de fotografías de diversos tamaños. En las paredes se están colocando imágenes que van desde un metro cuadrado hasta 13 metros de largo por tres metros de alto. En tanto que en los techos las fotos son de 5 metros cuadrados y de 3.6 metros cuadrados.
Escobar –miembro del colectivo FotoFeminas, Women Photograph y The Journal– dice que imprimieron esas imágenes en papel, incluidas algunas siluetas de los habitantes de Palo Alto. Con el paso del tiempo las fotografías irán mutando, cambiando y deteriorando como la misma zona.
“Es esa metáfora, por eso no quisimos imprimir en lonas. Es una técnica en papel engrudo aplicada en techos y muros, si alguien lo quiere preservar por más tiempo, lo barnizará”.
Aquí amanece más tarde
La finalidad de colocar las fotografías en las azoteas es para que desde los edificios se conozcan los rostros de quienes viven en Palo Alto.
“Son rostros de los hombres y las mujeres que luchan y resisten por sus hogares, ya que desde los edificios solo se ve un espacio que se quieren chingar porque muchas torres se podrían construir aquí, en las 4.6 hectáreas que tiene este terreno”, comenta Escobar.
Por ello, la instalación fotográfica monumental es un acto de resistencia, agrega. “Es posible que desaparezca Palo Alto por todo el acoso inmobiliario que hay, de ahí que se nos ocurrió hacer esta Pega-resistencia con las fotos realizadas y con imágenes históricas de archivo que les ayudamos a digitalizar como parte de su patrimonio”.
Además, la propuesta multimedia Aquí amanece más tarde estará en la red, la idea de sus creadores es que quien entre a la página vea un mapa ilustrado en el que se pueda navegar.
Al dar clic, el público se encontrará, entre otras cosas, al pato de la señora Carmela, y lo podrán escuchar como parte de los sonidos de la comunidad. También podrá conocer la historia de algunos fundadores.
Las personas que ingresen en la plataforma podrán vivir la sensación y la experiencia de estar en esta cooperativa. Además del video documental y registro fotográfico, Escobar y Ramos realizaron la digitalización de las imágenes que muestran la fundación de la cooperativa. Esta propuestas multimedia que recupera la memoria de Palo Alto estará lista para consultarse a partir del 24 de junio.
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BSMM