Arturo Chacón: Pedro Infante lo inspira pero cantó a Jorge Negrete en su gala de aniversario

Esta vez, el bis que logró hace un mes en Bellas Artes transmutó en el “¡otra, otra!” que el público le pidió al tenor durante la gala en la que celebró 25 años de carrera de la mejor manera: impulsando a los jóvenes del Estudio Ópera de Bellas Artes

Lo acompañaron el director concertador Gaetano LoCoco, la Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes y el Estudio Ópera de Bellas Artes. (Especial)
Ciudad de México /

El sueño de una tarde dominical, soleada y pletórica en la Alameda, enmarcó los 25 años de carrera de uno de los más importantes tenores de la actualidad: el mexicano Arturo Chacón-Cruz.

De ahí, mucha de esa gente accedió al Palacio de Bellas para escuchar la gala de celebración en el mismo lugar donde el cantante debutó en 1999; en plenitud de carrera y presentaciones en diferentes casas europeas, Chacón-Cruz llegó a su tierra a cantar ópera y música popular, la raíz de la que abrevó y que marca su estilo interpretativo como contó  a MILENIO en vísperas de la presentación.

La dirección concertadora estuvo a cargo del joven director español Gaetano LoCoco a quien Chacón-Cruz calificó como un genio, uno que llevó a la Orquesta del Teatro de Bellas Artes de la ópera a la zarzuela, y de ahí a la música popular mexicana y de mariachi tan solo con un trío (con el clásico guitarrón incluido) que dio la impresión de tener a una orquesta de mariachi emanada de una sinfónica.

Tras el inicio con la introducción del tercer acto de Turandot (“Così comanda Turandot”) en la que el Coro del Teatro de Bellas Artes empezó fuerte su participación en la gala, apareció Chacón-Cruz para cantar la parte solista (“Nessun Dorma”). El coro contó con la dirección huésped de Rodrigo Cadet.

Así surgió la primera de muchas ovaciones durante la noche emocionó al tenor, que permaneció en ese sentimiento durante toda la gala. Dijo lo feliz que estaba de celebrar este aniversario en el Palacio.

En cada pieza, Chacón-Cruz introdujo al público a su historia con ella, a los autores, Puccini, Bizet, Tosti, Verdi, que han marcado su carrera en personajes como don José, de Carmen, especialmente en el aria “La fleur que tu m’avais jetée”. “Si don José hubiera podido llorar, no hubiera matado a Carmen”, dijo el tenor sobre esta historia emblemática del tratamiento que durante siglos se le dio a la mujer en la ópera y en la vida situación que la la vez reflejaba el entorno social de maltrato al género.

En cada aria de ópera, Chacón-Cruz introdujo al público a su historia con ella. (Especial)

Y a ellos se refirió también el cantante cuando dijo que la ópera tiene que ser actual, mostrar lo que sucede en la sociedad, de ahí su vigencia.

“Donna non vidi mai”, de Manon Lescaut, fue ideal para explicar su evolución como tenor, pues el personaje que la canta, Des Grieux, es un joven, casi un adolescente, sin embargo, la fuerza que hay que imprimir a la interpretación requiere una voz madura.

“Se canta después de los 40 años”, dijo Chacón-Cruz, quien nació en 1977 en Sonora, estado que en el nombre lleva implícito el sonido, base obvia del canto y la música, bellas artes que el tenor prodigó al público con un cierre majestuoso de la parte operística: el coro cantó “Patria oppressa” de Macbeth, previamente el cantante se refirió a México y lo que podría implicar e hizo referencia a la tristeza que Verdi imprimió en ella y a la unión de genios, pues está basada, desde luego, en la gran obra de Shakespeare.

Esto dio paso a su interpretación del aria interpretada por el devastado Macduff cuando pierde a su esposa e hijos por orden de Macbeth, “Oh figli... Ah la paterna mano”. La esperanza de acabar con el tirano siguió con “La patria tradita”, a dueto con Malcom, interpretado maravillosamente por el joven tenor José Luis Gutiérrez del Estudio Ópera de Bellas Artes, donde Chacón-Cruz dio una clase magistral durante esta visita a México.

Con los más grandes

La segunda parte dejó ver la influencia de un maestro fundamental de Chacón-Cruz además de Jesús Li Cecilio en su natal Sonora: Plácido Domingo.

“La Boda de Luis Alonso / Intermedio”, de la zarzuela de Gerónimo Giménez, arrancó con ímpetu festivo para bajar la intensidad con el drama de “No puede ser”, de La tabernera del pueblo, de Pablo Sorozábal, y la tristeza de la Virgen María en “La roca fría del Calvario”, de La dolorosa (José Serrano Simeón).

El tránsito a las canciones populares continuó reflexivo con “Tiempo”, de Leduc y Fuentes; se tornó amoroso con “Paloma querida” de José Alfredo, y aunque el tenor pidió al público cantarla, este se animó más con “Solamente una vez”, de Lara, canción que él entiende como el amor que se le tiene a Dios.

Llegó el momento de presentar a los cantantes del Estudio Ópera de Bellas Artes, cinco mujeres y cinco hombres, jóvenes que tienen en Chacón-Cruz, Javier Camarena o Alfredo Daza la estela de lo que pueden lograr. Ellas se veían seguras de sí mismas; ellos, más tímidos, pero todos luciendo en grande su talento en el cierre del concierto.

El tránsito a las canciones populares continuó reflexivo con “Tiempo”, de Leduc y Fuentes. (Especial)

“Granada”, también de Lara, confirmó la presencia de Plácido en la trayectoria de Chacón-Cruz. Pero hay más de una influencia en el tenor, una de ellas la contó hace unos días a MILENIO y proviene de su formación en la música mexicana, primero viviéndola en casa y después como mariachi: Pedro Infante.

Sin embargo, fue el otro grande de la canción mexicana con el que quiso cerrar esa velada con sus arias y canciones favoritas, Jorge Negrete, a quien el homenaje llegó a través de “Juan Charrasqueado”, el épico corrido tocado por el sonido de un mariachi emanado de una orquesta sinfónica, mérito total del joven concertador en el primer encore.

Más figuras grandes para el segundo encore pues el público seguía pidiendo “¡otra, otra!” como en un concierto de música popular y no un bis de ópera como el que logró hace un mes. Se trataba de José José y Roberto Cantoral, por supuesto con “El triste”, que sonó grandiosa con su voz y la poderosa música de uno de los más grandes compositores de México.

“¡Gracias”, dijo el maestro Chacón, mientras celebraba con un público, críticos y admiradores de la ópera que no pudieron dejar el celular guardado a pesar de que el boleto indica que están prohibidas las cámaras, como sucede en las casas de ópera más importantes del planeta, como lo es Bellas Artes en México.

Aun así, ese público se puso de pie varias veces para rendir homenaje a uno de los tenores más importantes del mundo, al mexicano Arturo Chacón-Cruz, profeta en su tierra.

BSMM

  • Sandra Meneses Morales
  • blanca.meneses@milenio.com
  • Editora de Cultura. Periodista y editora con 28 años de experiencia en los medios de comunicación más destacados de México. Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Enlazo ideas, palabras, imágenes y les doy un sentido trascendente y entretenido.

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