Del 30 de abril al 2 de mayo el Auditorio Nacional ofrecerá vía streaming el Gran Carnaval Sinfónico, una serie de conciertos dedicados a toda la familia.
Entre las piezas que se presentarán, bajo la batuta de Carlos Miguel Prieto, director artístico de la Orquesta Sinfónica de Minería, están la música de Pedro y el lobo, de Serguéi Prokófiev; la suite El Carnaval de los animales, de Camille Saint-Saëns, y el Concierto doble para dos violines, de Johann Sebastian Bach.
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Al hacer uso de la palabra, Carlos Miguel Prieto, director artístico de la Orquesta Sinfónica de Minería, y quien también actuará como narrador y solista del Concierto doble para dos violines de Bach, dijo que se trata de un programa conformado por obras maestras que tradicionalmente son tocadas en conciertos didácticos o conciertos infantiles y familiares, aptos para todo el público.
“Este programa es absolutamente para toda la familia y además estamos agregando una obra que quizá no aparece tanto en los programas familiares, que es el Doble concierto de Bach para dos violines, donde Yari toca el primer violín, y yo el segundo violín como solista. Creo que es un complemento muy bonito, es un programa redondo”.
Destacó que será un gran concierto porque los integrantes de la orquesta no se han reunido para para tocar durante el año que pasó.
“Es tiempo de regresar para hacer esta música genial, con un mensaje para valorarla. Estoy ilusionado por ello, lo hacemos con mucha ilusión y con el potencial que tenemos para llegar a un público enorme que estará en sus casas”.
Recomendó que para acercar a los niños y a las niñas a la música hay que dejar de llamarla clásica o culta, acercarse a ella sin miedo y agregarle el disfrute, "a quién no le guste Prokófiev, o nunca lo ha escuchado, le va a encantar".
Hay que quitarle el temor a la música, insistió, el mejor regalo que le pueden dar a un niño es la oportunidad de tocar un instrumento, porque le cambiará la vida, “aquí tenemos tres ejemplos de personas exitosas quienes en algún momento sus padres o las circunstancias de la vida, les dieron un instrumento, y a eso se dedican y tienen una carrera brillante”.
Planteó que a la música se le debe ver como una estrategia para buscar felicidad, pues permite mejorar muchas cosas.
“Como padre me gustaría darle a mis hijos esa disciplina, que busquen la belleza, la perfección y finalmente el trabajo en equipo, esas son lecciones muy poderosas para toda su vida. Hay que inculcarles que tocar un instrumento es un juego. En el momento en que un niño y una niña empiezan a sentir que la trompeta suena y que sus amigos los escuchan y hasta bailan, pueden descubrir que ese desarrollo es invaluable”.
PCL