La bailarina venezolana Tina Ramírez decidió empezar el Ballet Hispánico con seis integrantes. Procedentes de comunidades sin recursos, les dio la oportunidad a esos estudiantes, tal como lo hizo el fundador de la Dance Theatre Harlem.
Eduardo Vilaro, director de la compañía fundada hace cinco décadas, indicó que "Tanto Arthur Mitchell, como Ernestina ‘Tina’ Ramírez, cuyas compañías forman parte de la programación del 51 Festival Internacional Cervantino, vieron la necesidad de darle a los alumnos, a nuestra juventud, una oportunidad en el arte. Ella estaba cansada de ver latinas y latinos tomar puestos en la televisión, únicamente de criadas y criados o bandidos, entonces se dispuso a alzar a nuestra latinidad a hasta nuestra cultura".
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Tina Ramírez inició con flamenco, pero fue cambiando e invitó a coreógrafos contemporáneos y neoclásicos. Fue así que la compañía empezó a crecer.
Por primera vez el Ballet Hispánico se presentará en el máximo recinto cervantino, el Teatro Juárez, donde el domingo 29 de octubre ofrecerá las coreografías Línea recta, Sor Juana y 18+1, de Annabelle López Ochoa, Michelle Manzanares y Gustavo Ramírez Sansano, respectivamente.
"Estamos cumpliendo 53 años. El ballet, con sede en Nueva York, es una organización reconocida en Estados Unidos y a nivel internacional, que pretende exaltar la herencia cultural hispana; hay que decir que en Estados Unidos el 6 por ciento de los alumnos son latinos o de familia latina, eso es algo fuerte: ya no somos minoría, somos mayoría".
Afirmó que el ballet ha sido símbolo de la resistencia, convirtiéndose en la organización hispana más grande de Estados Unidos.
Sin embargo, aceptó que sigue habiendo racismo: "Si te ves un poquito distinto hay reacciones. Yo he pasado una vida entera en Nueva York, que no es el sur como Carolina o Georgia, donde es un poquito más fuerte.
Ellos se manifiestan contra el racismo y por eso cuentan con esta compañía para darle paso al arte y a la fuerza de la cultura.
“En estos momentos tenemos otra lucha existencial y fuerte al integrarnos en la cultura americana. Nuestra cultura, nuestra comunidad, como dicen las canciones de Bad Bunny o JLo; sí, sé que ellos son grandes y ya es otra cosa cuando eres estrella, pero cambia la mentalidad, y lo veo en jóvenes como mi hijo, que tiene 16 años. Entonces, la cultura no es algo que la puedes parar y yo espero que las cosas mejoren poco a poco”.
El ballet tiene como estandarte el orgullo y la identidad hispanoamericana, subrayó Eduardo Vila, quien fue también bailarín de la compañía.
“Es importante seguir ese legado de alzar las voces de nuestros iconos, de poder, de sobrevivir. En la compañía no tenemos un coreógrafo o un estilo, porque si ya vamos a hablar de la diversidad hay que ser inclusivos. Nuestra propuesta es distinta al ballet clásico. Se relaciona con lo afrocubano, afrolatino, con la expresión y la articulación de las caderas. Es una metodología más que ser un repertorio. Somos ya la compañía latina más grande Estados Unidos”.
Así como el American Ballet Theatre se basa en la danza clásica, el Ballet Hispánico retoma la cultura latina.
El director adelantó que trabajan en una coreografía inspirada en María Felíx, así como otra creación que tendrá como protagonista a Celia Cruz, una de las figuras latinas de la música popular.
Dijo también que se encontraba muy emocionado por poder participar en este festival, el cual es muy importante para la comunidad latina, que es reconocido en el mundo entero: “ya era tiempo, estoy feliz de estar aquí después de 53 años”.
PCL