Ser madre de un hijo con alguna discapacidad es un "pelear todo el tiempo" porque todo es más complicado, pero también es el motor que la anima a mantenerse "activa e insaciable" e incluso a dar la vuelta al mundo en la búsqueda del tratamiento para mejorar la calidad de vida de su hijo con parálisis cerebral; se trata de la íntima historia que la periodista y colaboradora de MILENIO, Bárbara Anderson comparte en su libro Los dos hemisferios de Lucca, y que presentó esta tarde en la Biblioteca Vasconcelos.
"El no darme por vencida se convirtió en la gasolina de este motor para no parar. El dormir poquitas horas por día y pelear por todo, porque muchos aquí que viven con alguien con alguna discapacidad, saben que esto es pelear todo el tiempo: para entrar a la escuela, para circular por las banquetas, es difícil conseguir ir al hospital. Mantenerme activa e insaciable me permitía seguir adelante, yo no me podía quedar con la idea de que no había más solución".
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Anderson es madre de Lucca, quien padece parálisis cerebral por un error médico al momento de su nacimiento, así que todos los días se culpaba por esa condición en su hijo al tiempo que buscaba por todos lados un tratamiento para su pequeño, así encontró en la India el Cytotron, un aparato creado por el científico Rajah Kumar, capaz de generar nuevas neuronas.
"En otras enfermedades y otras discapacidades a veces hay alternativas; en el caso de la parálisis no hay nada y esto era lo único que habíamos escuchado, que nos dijeron que podría ser una oportunidad, una esperanza, algo muy nuevo y por eso nos embarcamos en esta locura que nos llevo tres años hasta conseguir el primer tratamiento".
Aunque en algún momento dudó en realizar el primer viaje por 30 días con toda su familia y más de veinte maletas al pensar que quizá no podría funcionar, su marido jamás dejo de motivarla también.
"Dije y qué tal que no hay nada, que vamos a la India y es como si tomáramos chochitos para nada, que esto es un efecto placebo, o el señor ese está loco, es un invento, ¿vamos a hacer esto por nada? Andrés me dijo, no, le vamos a demostrar a Lucca y a Bruno que sus papás son capaces de dar la vuelta al mundo por ellos", relató Anderson.
Asimismo, destacó que está impulsando el uso del Cytroton en México, que ahora atraviesa por los procesos legales para su autorización en el país, y que podría estar liberado en cuestión de meses.
Bárbara Anderson también refirió que no se considera una superwoman y que de alguna manera su hijo Lucca, con parálisis cerebral grado 4, es privilegiado por poder acudir a la escuela y contar con padres que lo llevan en automóvil pues "la discapacidad genera pobreza" y en México apenas el 10 por ciento de los niños y jóvenes con discapacidad va a la escuela.
"Empiezas a decir gracias, no está tan mal lo mío, no es tan terrible".
De acuerdo con la autora, en México hay 2 millones de jóvenes con alguna discapacidad entre 5 y 19 años, de los cuales, solo el 6 por ciento está matriculado en la SEP.
kvd