El presidente Benito Juárez, protagonista del mural Juárez, símbolo de la República frente a la Intervención Francesa, de Antonio González Orozco, en el Museo Nacional de Historia (MNH), durmió en el Castillo de Chapultepec el 14 de julio de 1867, un día antes de su entrada triunfal al Palacio Nacional, en cuyo balcón leyó su Manifiesto a los mexicanos. Era el apoteósico "milagro jubiloso de la resurrección de la República", como apuntó Salvador Novo en 1972.
En la descripción que hizo de la obra y del momento registrado en el Castillo de Chapultepec hace 155 años, el historiador Salvador Rueda Smithers, director del MNH, dijo: “Juárez pasaría algunas incomodidades, pero ninguna del calibre de los sufrimientos, privados o públicos, que amenazaron con quebrantarlo desde hacía casi una década, cuando inició la violencia política en torno a la Constitución recientemente jurada y la guerra civil de Reforma, preludio de la invasión francesa y del imperio. Fue un decenio en el que la República peligró; pero también el presidente tuvo que afrontar otras pruebas, íntimamente más terribles: murieron dos de sus niños en el exilio, y perdió en traiciones y batallas infinidad de amigos y correligionarios”.
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Ese 15 de julio de 1867, relató Rueda Smithers, Juárez vigiló que el protocolo festivo se ajustara a la austera severidad que exigía la conducta republicana, misma que lo había caracterizado como abogado y como político desde sus tiempos de gobernador de Oaxaca. Nada de excesos cortesanos, ni de ‘aparatos militares propios sólo para los reyes de teatro’, según había escrito, no sin evidente buen humor, en sus siempre inconclusos Apuntes para mis hijos”.
Foto: Jesús Quintanar
Rueda indicó que a 155 años de la restauración de la República, 150 del fallecimiento de Juárez y en el cincuentenario de la creación del mural Juárez, símbolo de la República frente a la Intervención Francesa, el Benemérito de las Américas es celebrado a pesar de que él prefería que se le recordara tan sólo como un buen ciudadano, “como el hombre y la voz de ideales, sin embargo, en la actualidad se repiten sus palabras, se revaloran sus actos, se reinterpreta la historia de su vida y la del país”.
Tres bases
El maestro Antonio González Orozco pintó el gran mural Juárez, símbolo de la República frente a la Intervención Francesa en 1972 para la casa de la memoria que es el Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, manifestó Rueda.
La tarea de González Orozco, cuya obra forma parte de la Colección Milenio Arte, fue evocar, en aquel contexto de la segunda mitad del siglo XX, un discurso convincente en torno al buen ciudadano “elevado al gigante que hoy los mexicanos llevan sobre los hombros”.
“El esfuerzo del maestro González Orozco descansa en tres bases: la lectura de la historia de México, la cuidadosa composición de las escenas y sus símbolos y la comprobada factura técnica en cada uno de los elementos de preparación material de la obra; para ello se basó en la lectura del clásico Juárez y su México, del historiador Ralph Roeder”, detalló el también maestro en historia del arte.
Piden homenaje nacional
El tributo que se le rinde ahora a Antonio González Orozco en el Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, en el cincuentenario de la creación de su mural es un “innegable acto de justicia”, indicó su hijo, Antonio González Arriaga, quien aprovechó el acto para hacer un llamado a las autoridades culturales del país.
“Para que a más tardar en el marco de los 90 años del natalicio de Antonio González Orozco, que se cumplen en 2023, finalmente le organicen el justo homenaje nacional que se ha ganado, así como que los principales museos de nuestro país le abran las puertas a su legado de más de 60 años de incansable creación artística”.
Foto: Jesús Quintanar
En su intervención, la historiadora Bertha Hernández recordó que hace justo una década visitó el Castillo de Chapultepec con el maestro González Orozco, para ver su mural Juárez, símbolo de la República frente a la Intervención Francesa, el cual, subrayó, se usó para ilustrar la portada del libro de texto de historia de quinto grado de primaria, de 1993 a 2011, periodo en el cual se editaron 44.2 millones de ejemplares, con lo que varias generaciones de mexicanos crecieron conociendo esta obra mural.
Los billetes de la Lotería
Cuando su subía a un taxi, el maestro Antonio González Orozco, le enseñaba al conductor un billete de la Lotería Nacional que la institución le dedicó en el sorteo especial del 21 de marzo de 2014. González Orozco le preguntaba si conocía la obra ahí plasmada, al responder que sí, de inmediato le decía que quien aparecía al lado de la imagen, era él, según lo relató el hijo del artista.
hc