Con todo y campana que anuncia el paso de los bomberos, quienes veloces acuden a sofocar los incendios en la ciudad y en cualquier parte del país, luce la réplica de uno de los primeros camiones de bomberos del siglo XIX, que era jalada por caballos, mismos que fueron sustituidos por un par de esqueletos de corceles elaborados en cartonería.
Los elementos del Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México diseñaron esta obra con todo y el personal, representado por calaveras con atuendos laborales, listas para prestar atención a todo tipo de emergencia ciudadana.
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Las calaveras que dan vida a la ofrenda de los bomberos, ubicada en el Monumento a la Revolución, lucen sus cascos y su ropa especial contra incendios, con la que enfrentan en cada misión a la muerte, no solo porque se exponen ante la tragedia, sino porque su misión es salvar vidas.
La ofrenda está dedicada a los elementos caídos que han pasado por esta institución. Al centro se encuentra un bombero de dimensiones monumentales, listo para salvar a una mujer que pide ayuda desde su balcón, teniendo como fondo la reproducción de la pintura El Holocausto, que el año pasado ilustró una edición conmemorativa de los billetes de Lotería Nacional.
En la ofrenda también se aprecian cuatro de los carros bomba originales con los que empezaron a trabajar en Ciudad de México tras haberse constituido como institución.
Édgar Aguilar López, director de la Academia del Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México, explicó que quien propuso este tipo de ofrenda fue el director general, Juan Manuel Pérez Cova, primer superintendente del Cuerpo de Bomberos.
2023 es el segundo año que la instalan, en los 167 años de vida de la institución, creada el 25 de enero de 1856, una vez que el presidente Ignacio Comonfort instituyera el primer cuerpo de bomberos zapadores. Más tarde fueron militares, formaron parte de la policía y, posteriormente, los reconocieron como organismo independiente.
“El 20 de diciembre de 1887 el bombero Leonardo del Frago recibió la orden de constituir un grupo de bomberos en el Distrito Federal, fecha que tenemos como la creación del organismo, aunque hay evidencia fotográfica de bomberos zapadores en 1870”.
“Son bombas de motor antiguas que tenemos en el Heroico Cuerpo de Bomberos, que eran manejadas de forma manual. Algunas eran máquinas de pistón donde el personal tenía que hacer su propio bombeo para que saliera el agua con fuerza y poder atacar los incendios”, indicó Aguilar López.
Uno de los carros bomba, colocados al final de la ofrenda, data de 1872, cuya función era la atención de emergencias como la extinción de incendio, control de fugas de gas y explosiones, incluidos choques, volcaduras, cortos circuitos y demás emergencias; tiene una dimensión a lo largo de 4.20 metros, de ancho mide 1.82 metro, de alto 2.45 metros, y pesa casi una tonelada, detalló en entrevista con MILENIO, el director de la Academia del Heroico Cuerpo de Bomberos.
Otro de esos vehículos es una carreta de bomba manual de nombre Tulyehualco, elaborada en metal, madera y bronce. Cuenta con dos pistones, un depósito de agua y sus respectivas mangueras.
'Macario en vida y muerte'
Para celebrar el retorno de los difuntos este 1 y 2 de noviembre, los bomberos además de compartir su ofrenda, montaron un pasaje teatro llamado Macario en vida y muerte, en el que participan Andrés Peña Jiménez, Sergio García Barrios, Faustino Bravo, Guillermo Romero Padilla, Marco Alejandro del Campo y Rafael Delgado Salinas.
Eduardo Mayén Neri, subdirector operativo de la región cuatro, precisó a MILENIO que los actores son elementos de la corporación que forman parte de los talleres de lectura y se animaron a participar en este montaje teatral, inspirado en la película Macario, de 1960, de Roberto Gavaldón.
Se ofrecerán seis funciones los días 1 y 2 de noviembre a partir de las 18:00 y hasta las 22:00 horas. También se obsequiará un pan de muertos elaborado por los propio bomberos.
PCL