Trabajo inspirado a partir de un caparazón. Especial
El pintor y escultor Brian Nissen (Londres, 1939) añora la vida normal, a los amigos que obligados por la pandemia del coronavirus tuvieron que confinarse en sus espacios, en sus estudios, en sus hogares. En todo ese tiempo estuvo activo, aunque al principio le costaba mucho trabajo concentrarse por todo lo que sucedía a su alrededor.
Para él poder presentar su más reciente exposición Limulus, Fosil viviente en la Galería 526 del Seminario de Cultura Mexicana “es un alivio”, pues le permitirá salir nuevamente, a pesar de que se viven tiempos muy extraños.
“Es un tema que llevo muchos años trabajando y expuesto; esta será la exposición más completa de la serie que he realizado, pues reúne mucha obra, unas 70 piezas en bronce, cerámica, relieves y pintura”, dice el artista, que de joven decidió viajar para conocer México y quedó atrapado por su historia y por su cultura.
Su encuentro con Limulus se dio en los años 80 cuando vivía en Nueva York. El artista cuenta que junto con su esposa pasaba el verano en una isla cercana, y en una ocasión buscando moluscos para comer, vio cómo pasaban unos pequeños animales: eran los llamados “cangrejos de herradura”.
“Al conocerlos me fascinaron porque tienen una forma francamente extraña, se ven muy peligrosos porque poseen una especie de pico muy largo, como si fuera una espada. Pero resulta que el animal es completamente inofensivo, ese pico lo usa como palanca para enderezarse cuando la marea golpea en la playa. Maravillado por eso, fue entonces que empecé a coleccionar sus ‘mudanzas’, pues todo animal para crecer tiene que mudar del caparazón que dejan en las playas”.
Tomó algunos y los llevó a su estudio, como escultor le interesaba el caparazón exterior, que tiene una forma muy sencilla, como la de un casco militar. “Pero por dentro, parece un alacrán, es un protoinsecto con una forma muy barroca que me intrigaba mucho. Esa fue la pauta que me dio para explorar ese juego de formas en la escultura”.
El artista, que estudió en la Escuela de Artes Gráficas de Londres y en la Escuela de Bellas Artes de París, dice que esta especie prolifera en la costa este de Estados Unidos, pero que también se encuentra en las aguas de Yucatán y parte de Campeche, donde los llaman cangrejos sartén, porque tiene esa forma y ese tamaño.
“Es un animal que nunca ha cambiado de forma, es muy extraño porque casi todos los animales que se conocen por los fósiles, o ya no existen o han sufrido algunas mutaciones. Este es igualito al de hace 350 millones de años, porque nunca tuvo depredadores, además, su casco es como hierro y lo usa para agarrarse al lecho del mar, al suelo, por eso no hay quien le haga nada”.
Al estudiarlos, Nissen quedó cautivado por todos sus atributos extraños. Actualmente, extractos de su sangre se usan en un test de toxicidad de medicamentos.
“Cuando uno se inspira en la naturaleza con la variedad e infinidad de estructuras, la manera en que crecen, las mutaciones y todo ello, uno se queda realmente intimidado y se pregunta: ¿cómo es que voy a competir con eso?”.