El diseño de la mayoría de los caracoles nos recuerda al de muchas galaxias de las denominadas espirales, incluso nuestra Vía Láctea pertenece a este grupo de galaxias. Las galaxias se comportan como un fluido. Si tenemos unas partículas con una velocidad de rotación inicial y un pozo gravitatorio, la física de fluidos hace que se genere un disco rotante de igual manera que cuando abrimos una llave y el agua cae por el desagüe haciendo círculos o cuando removemos la espuma de una taza de café frecuentemente se forman estructuras espirales. De hecho, según estudios de la Universidad de Macquarie y de la Academia de Ciencias de China, la Vía Láctea muestra un patrón de espiral progresivamente retorcido. Esta deformación está causada por el giro del enorme disco interno de estrellas de la Vía Láctea.
Existen varios tipos de espirales, está la espiral logarítmica, plano y equiangular. La más popular que se encuentra este patrón natural es en la concha del nautilus. Las espirales son un patrón exponencial, por eso ha sido usado como símbolo de expansión y crecimiento. Éstas pueden considerarse interminables, representando lo infinito, tanto en su diseño hacia el exterior como hacia el interior, donde nunca formará un círculo.
Estas formas, observadas en nuestro planeta gracias a los caracoles, han sido admiradas y despreciadas, comparadas a pecado, por la aparente pereza del organismo que los desarrolla y habita o apreciadas con motivos adivinatorios en muchas culturas ancestrales.
Debido a su lentitud, el caracol ha sido visto tradicionalmente como un símbolo de pereza. En la cultura cristiana, se ha utilizado como un símbolo del pecado mortal de la pereza. “Usa baba de caracol como castigo”, dice el Salmo 58: 8.
En la mitología maya, el caracol está asociado con el deseo sexual, siendo personificado por el dios Uayeb.
Sin embargo, hay, en verdad, pocas cosas tan admirables en la naturaleza como la manera en que algunos delicados seres vivientes, formados en su mayor parte de agua, pueden construir las materias más resistentes, como sus conchas.
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