Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610) produjo mayoritariamente pinturas religiosas, bajo encargo de la Iglesia, a lo largo de su trayectoria. Sin embargo, en el comienzo de su carrera exploró otras temáticas que dieron paso al uso de los primeros juegos de luces y sombras que, sumadoa al naturalismo, reflejaron crudas imágenes.
Caravaggio. Una obra, un legado, exposición que se presenta a partir de este 22 de febrero en el Museo Nacional de Arte (Munal), en colaboración con los museos capitalinos de Roma, “muestra la influencia del trabajo del pintor italiano en la corriente europea y novohispana. La buenaventura es la pieza clave que se exhibe para comprender el desarrollo inicial de este creador, pues representa su primer acercamiento al estilo del claroscuro”, explicó Lidia Camacho, directora del INBA.
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En la exposición, La buenaventura dialoga con otras 15 obras de autores que fueron inspirados por el trabajo de Caravaggio, provenientes de colecciones de los museo de San Carlos, Franz Mayer y Nacional de Arte. Es muestra de cómo el estilo de Caravaggio permeó en los artistas “mediante los personajes que plasmó y que revolucionó la forma de cómo se representaban los cuerpos”, añadió Alivé Piliado, curadora de la expo.
La incredulidad de santo Tomás, de Sebastián López de Arteaga; Lo Spagnoletto, de José de Ribera; Magdalena penitente, de Francisco de Zurbarán, y Seis apóstoles, de Baltasar de Echave Rioja, entre otras, son las pinturas que acompañan a la de Caravaggio.
La buenaventura “significó una revolución, porque nunca se habían visto esos temas, nunca se había mostrado a un personaje con las uñas sucias o el esbozo de los dientes, lo que demuestra su naturalismo”, destacó Piliado.
“Esta obra, que es tan realista, es una buena manera de entrar al mundo y arte de Caravaggio. Yo diría que hay que cambiar un poco la perspectiva, que es la parte más interesante y que más caracteriza a la exposición. Para mí es emocionante ver cómo la influencia del pintor que vivió tan lejos de aquí llegó a tierra mexicana”, consideró Marco Marica, agregado cultural de la embajada de Italia en México.
La obra fue realizada sobre otra pintura, debajo hay una madonna que originalmente tenía un formato vertical. El cuadro tiene granos de arena de río, que permitieron que los pigmentos se adhirieran. La escena, que presenta a una gitana leyendo la mano —la buenaventura— de un joven adinerado, refleja un juego de seducción y hasta de ingenuidad, porque se cree que este chico está muy emocionado con ese intercambio visual, mientras la mujer aprovecha para robarle el anillo de la otra mano.
Caravaggio. Una obra, un legado está dividida en tres núcleos temáticos: “De Italia a México: el legado de Caravaggio”, “Las innovaciones estéticas: naturalismo, tenebrismo, teatralidad” y “La buenaventura”.
El arte en 4D
La exposición incluye además una instalación multisensorial titulada Caravaggio Experience, que permite explorar 57 de las pinturas más conocidas del creador lombardo mediante recursos digitales.
“Esta experiencia es única en el mundo. Tenemos, por un lado, una obra muy significativa en los inicios de este pintor y, por otro, una experiencia inmersiva, muy vivencial, muy cercana, hasta olfativa”, describió la titular del INBA.
La experiencia, de 45 minutos, consiste en proyecciones en alta definición a cargo de los videoartistas The Fake Factory y música original de Claudio Strinati; además, está permeada de fragancias diseñadas por la Farmaceutica di Santa Maria Novella para que el público pueda oír, oler y observar las grandes obras del famoso artista.
Charlas a cargo de especialistas y dos ciclos de cine, son parte de las actividades que acompañarán la muestra.
Las obras existentes de Caravaggio son pocas y La buenaventura es la segunda que México recibe. En 1976 El laudista se presentó en las salas del Museo de Arte Moderno.
Caravaggio. Una obra, un legado se podrá visitar hasta el 20 de mayo; Caravaggio Experience hasta el 1 de julio. Museo Nacional de Arte, Tacuba 8, Centro Histórico.