"Fue un ángel quien me trajo hasta donde estoy, frente a una aguja e hilo para realizar diseños en los trajes carnavaleros", así comenzó la historia de Víctor Hugo Castellanos Ortiz, un joven que desde los 20 años se convirtió en un artesano dedicado al bordado con chaquira y pedrería de talines, penachos y charreteras, piezas que conforman los trajes tradicionales de los danzantes del carnaval en el municipio de Huejotzingo.
En entrevista con MILENIO Puebla, el artesano narró que la necesidad lo obligó a bordar por primera vez un talín para su traje de zapador, ya que en su casa no habían los recursos suficientes para mandar a diseñar uno. Desde ese momento, realizó una confección con las herramientas que lo ayudaron a plasmar colores y las figuras de unas flores.
"Pedí a mis primos que me enseñaran sus talines bordados, porque yo no tenía el conocimiento de cómo era uno ya trabajado. Solo viendo me guié para hacer el mío, no tiene una técnica buena, pero logré que me gustara y estrenara en ese entonces", detalló.
Agregó que después de realizar su primer diseño, un desconocido en la calle observó su trabajo y le encargó que en los talines proyectara el calendario azteca, por lo que le pidió una muestra de su trabajo para después realizar el pedido.
"Me dijo que quería muchos colores y texturas, por lo que ocupé piedras y aquí mi imaginación fue mi mejor brújula; después de eso, aprobó mi diseño y me encargó siete piezas más, fue lo primero que vendí en esto", narró.
Detalló que las palabras de ese hombre extraño fueron: "Confía en tu talento y que tus manos y creatividad te guíen a tu lugar correcto". Por ello, afirmó que nunca olvidará esa charla que lo llevó al lugar que se encuentra ahora, un artesano joven, innovador y con el objetivo de que las tradicionales prevalezcan en Huejotzingo.
"De esa persona jamás volví a saber y gracias a sus palabras me di cuenta de que las figuras las podía realizar y así empezó. Este es mi primer talín, lo hice con figuras y de ahí me di cuenta de que podía hacer muchas cosas en chaquira. Como podrán ver, aquí está la técnica, se ve un poco más la experiencia, ya las figuras (tiene) un poco más de contraste, más realismo", enfatizó.
Proceso de bordado en trajes de danzantes
Su lienzo es un bastidor de madera en el que se pueden plasmar diversas figuras, combinar colores, mezclar piedras y otro tipo de materiales para darle vida a los trajes que lucirán en la gran fiesta de este municipio.
"Empezamos con nuestro bastidor de madera, de ahí colocamos nuestra manta, trazamos lo que es el talín y vamos checando las figuras o el diseño que el cliente nos pida: guerreros-aztecas, calendario azteca, guerrero-jaguar, en este caso Quetzalcóatl es la figura que más nos piden", dijo.
Asimismo, comentó que entre los diseños más demandados se encuentran los de habitantes guerreros aztecas, animales, símbolos aztecas, flores, combinaciones entre animales con penachos e imágenes religiosas como San Miguel Arcángel y la Virgen de Guadalupe.
"Nos adaptamos a cualquier diseño que quiera el cliente, principalmente, de acuerdo con el presupuesto que tengan; en algunos casos tienen desde los siete mil y hasta más de diez pesos", dijo.
Su tarifa va desde los seis mil hasta los 13 mil 500 pesos, según diversas técnicas, figuras, formas y con materiales diversos para una ilusión de tercera dimensión.
CHM