La soprano Cecilia Eguiarte (Ciudad de México, 1992) debuta este sábado 12 de octubre en Europa con el protagónico de Madama Butterfly, en una producción ambientada en la Luna del Staatstheater Meiningen en Alemania, para conmemorar el centenario luctuoso de Giacomo Puccini (1858-1924).
“Es un sueño hecho realidad, soñaba con el papel de Cio-Cio San desde hace mucho tiempo, no sólo por la parte musical, sino por la emocional. Madama Butterfly me parece un personaje que nos identifica mucho con las emociones que puede sentir una mujer. Todas las sopranos soñamos con cantarlo”, dice la cantante mexicana en entrevista desde la ciudad al sur del estado alemán de Turingia.
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Eguiarte viene de encarnar al inicio de su carrera en México a las poetas Alcira Soust Scaffo y sor Juana Inés de la Cruz, en las óperas contemporáneas producidas por la UNAM Luciérnaga (2018), de Gabriela Ortiz, con libreto de Silvia Peláez, y La sed de los cometas, de Antonio Juan-Marcos (2023), con libreto de Mónica Lavín, respectivamente, y de estrenar en el país un ciclo obras de Alma Mahler.
La producción ambientada en el espacio exterior de Madama Butterfly del teatro estatal de Meiningen está a cargo de Kens Lui, Hendrik Müller y Marc Weeger, bajo la dirección orquestal de Killian Farrel, y Eguiarte se alternará el rol con la estadunidense Emma McNairy. Comparte el escenario Matthew Vickers (Pinkerton), Marianne Schechtel (Suzuki) y Johannes Mooser/Shin Taniguchi (Sharpless).
“Es Butterfly desde el punto de vista del siglo XXI, es una interesante reinterpretación”, dice Eguiarte sobre la producción que se presentará en la temporada de la casa alemana de ópera hasta enero de 2025.
—Su Cio-Cio San luce más bien como la princesa Leia de Star Wars. ¿Por qué?
—Me gusta lo experimental. Así como me encanta la música contemporánea, también experimento diferentes discursos. Y en esta Madama Butterfly este discurso tiene un diálogo en el espacio. Justo lo percibiste bien a través de las fotos: es un mundo más hacia cómo está Japón hoy en día y qué relevancia tiene el anime, que está súper de moda entre los jóvenes. Entonces, en esta producción Cio-Cio San vive en la Luna, y Pinkerton, en lugar de llegar en barco, llega en una nave espacial, para conquistar la Luna, no sólo a Cio-Cio San. También hay este cinismo puesto en la realidad conquistadora que se puede ver en Estados Unidos. Me parece un discurso muy, muy actual.
—¿Cómo entra su Cio-Cio San en ese ambiente?
—Es una Cio-Cio San que explora este desequilibrio emocional desde una fuente de empoderamiento. En el primer acto sí vemos una Cio-Cio San inocente, que decide salir de una realidad y, en el segundo es esta realidad desvirtuada. Su relación con Suzuki es de amor-odio, en esta apuesta Suzuki está enamorada de Butterfly, se puede ver en el dueto de las flores. Es una propuesta interesante, con paradojas, donde se muestra a Butterfly a veces no con este bovarismo en el que ella se aferra a esta visión idealizada del amor. En esta apuesta desea salir de este universo donde ella no quiere estar y, al final de este empoderamiento, como no hay otra salida, se suicida por no poder tener otras realidades.
Diez años después de egresar de la Facultad de Música de la UNAM, Eguiarte llega a Alemania a debutar con la ópera que más veces reescribió Puccini, estrenada hace 110 años en la Scala de Milán.
Con un contrato por seis meses con la Staatstheater Meiningen, también participará en Don Carlo, de Giuseppe Verdi. Y, aunque comparte el papel de la geisha de 15 años, abrirá la temporada de Madama Butterfly y cantará en la función del aniversario luctuoso de Puccini, el viernes 29 de noviembre.
“Justo me va a tocar cantar Cio-Cio San en esa fecha. También canté por el 200 aniversario de la Sinfonía No. 9 (estrenada el 7 de mayo de 1924). Estuvo muy bonito conmemorar a dos grandes compositores”, dice la soprano, que cantó la obra de Beethoven en el Palacio de la Música de Mérida, con la mezzosoprano Eva María Santana, el tenor Óscar de la Torre y el barítono Carsten Wittmoser.
“Ahora voy a conmemorar estos 100 años sin Puccini, con una ópera tan conmovedora y célebre de este gran compositor, que todos amamos. En un acercamiento con Puccini, había cantado papeles en Suor Angélica. Mi entrenamiento vocal ha sido para abordar técnicamente cualquier reto de cualquier título, pero en Madama Butterfly he tenido un entrenamiento mucho más minucioso en cuanto a estilo.
“Quien me ayudó mucho a montar este papel fue el pianista coach Ángel Rodríguez (que ha colaborado con Javier Camarena, Rolando Villazón y Anna Netrebko); con él estuvo preparándome para Cio-Cio San. He ido encontrando la manera en que Puccini aborda la voz y la emoción; por eso es él tan famoso, aborda las emociones desde una voz muy humana, y estoy entrando al ciclo que propone”.
La soprano, que nunca se ha querido encasillar, aunque reconoce que la música contemporánea le apasiona mucho y ha interpretado más papeles de esa etapa, también celebra su debut como actriz, en el cortometraje Muda (2023), de Andrea Borbolla, con el que ha obtenido ya varios reconocimientos.
“Muda llega a mí cuando hice justo cuando interpreté en La sed de los cometas a sor Juana Inés, una mujer que lo dijo todo y también fue censurada. Había una directora de cine entre el público y, al final, se me acercó y me dijo: ‘Quiero que tú hagas Muda’. Y cuando supe que el personaje de Luisa es una cantante de ópera que se queda sin su voz como mujer, sin su voz como profesional, sin su voz como madre y sin su voz como pareja, me pareció claro que lo tenía que hacer”, cuenta la soprano mexicana.
Estrenada en mayo pasado en El Aleph. Festival de Arte y Ciencia de la UNAM, Muda ha tenido varios reconocimientos en diversos festivales internacionales en Europa y Estados Unidos. En particular, Cecilia Eguiarte consiguió un premio como Mejor Actriz en Grecia y otra nominación en Barcelona.
La pieza para piano, chelo, percusiones y voz “Arrullo”, compuesta por Antonio Juan Marcos, que interpreta en el filme la soprano, fue reconocida como Mejor Canción en el World Class Film 2024.
“Han llegado a mí estos papeles que reflejan muchas voces de mujeres que no han sido escuchadas. Luisa para mí fue reveladora en muchos sentidos, en cuestionarme también qué pasaría si no tengo esta voz para poder comunicar a través de la música. Justo había una escena donde tenía que no poder cantar y me encerré un día en un baño de Tepoztlán para sentir qué no era cantar, estuve intentando hacer sonidos para no cantar. Y, a la hora que tuve que grabar la escena, no pude cantar y me tardé como dos semanas en recuperar la voz, fue una realidad no real, en volver a recuperar mi voz cantada”.
“También debemos dar voz a este espacio donde uno se siente muy mal, se siente defraudado con uno mismo, se siente que no puede irse para ningún lado y primero en este contexto de la voz me parecía muy importante reflejar que es muy traumático no poder emitir un sonido y además estar transitando por algo que se rompe en una relación que tú quieres demasiado”, concluye la soprano internacional.
PCL