Después de una experiencia inédita, pues el viento casi derrumba a la escultura efímera realizada por Olivier Grossetête, en la que reproduce a escala el Teatro Juárez, el máximo foro del Festival Internacional Cervantino, el artista francés habla de dicho acontecimiento a unas horas de que destruya prácticamente su obra.
El artista francés, conocido por sus impresionantes obras efímeras, relata que la escultura colectiva elaborada con unas mil 800 piezas de cartón, casi dos toneladas de peso, tuvo que ser custodiada , la noche del pasado jueves, con una cerca de rejas para impedir el paso del público, por lo que las personas que acudieron a Los Pastitos se quedaron con las ganas de recorrerla, durante el 52 Festival Internacional Cervantino, justo en el segundo día de su presentación, pues estuvo del 23 al 26 de octubre.
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Hasta el señor que vende tamales en ese lugar, desde hace 40 años, se fue desilusionado porque la gente como llegaba a la “Construcción monumental” de casi 20 metros de altura, se retiraba, así que se le quedó toda su mercancía, hasta el champurrado de chocolate se lo llevó intacto.
A unas horas de que proceda a destruir lo que llama “Construcción monumental participativa”, Olivier Grossetête invita al público para que es sábado acuda a las 11:00 horas a demoler esta pieza elaborada con cartón.
“Será una experiencia diferente, el poder ser parte de este colectivo que destruya prácticamente la obra que más que ser una exhibición artística es una experiencia comunitaria, podrán derribarla, pisarla y hasta brincar sobre ella”, detalló.
Aclaró que la destrucción de la escultura monumental, que desafió las convenciones arquitectónicas, simbolizará la naturaleza efímera del arte, recordando a todos los involucrados que los más importante es el proceso y la experiencia compartida
Su interés es transmitir un mensaje más profundo sobre el poder de la arquitectura y su impacto en la sociedad. Al crear anti monumentos, es decir, estructuras que imitan a las grandes construcciones arquitectónicas, pero que carecen de un propósito utilitario, con los que desafía las jerarquías establecidas por las edificaciones tradicionales, devolviendo el poder a la comunidad.
¿Qué le deja a la gente tu obra cuando saben que va a desaparecer?
Pues más que nada, es algo que deja un rastro muy profundo, sobre todo, en las personas que participaron en su desarrollo y construcción, ya que es algo que no dura mucho, lo cual te obliga a poner atención. Además, es un trabajo colaborativo en comunidad, entonces esos lazos que se hace con la gente pues es algo que también que deja huella.
La arquitectura como poder
Olivier Grossetête asegura que la gente que se ha acercado a él, dándole una recepción muy positiva, “la mayoría de la gente está muy impresionada, sobre todo, porque la reproducción del Teatro Juárez está casi a la misma altura, y además está hecha de cartón, que es un material frágil y sensible pegada con cinta canela. Mucha gente pues se queda sin palabras muy impresionada”, compartió.
Precisó que el cartón con el que se diseñó la réplica del Teatro Juárez, es propio a cada lugar al que visita, en este caso fue el propio del Festival Internacional Cervantino, que lo proporcionó, o sea de Guanajuato.
¿A qué te refieres con el concepto de arquitectura de poder?
“El primer lugar a que la arquitectura es una herramienta de poder, sólo los que tiene dinero pueden mandar construir un inmueble. Entonces el hecho de trasladarla al cartón, le da otro símbolo, porque digamos que la arquitectura es para las personas que tienen dinero, entonces poder hacer las fachadas de cartón, te hacen creer en una ilusión de lo que hay adentro del edificio. Como una caja de cereal, en arquitectura, una imagen es un embalaje y no hay que caer adentro.
“El segundo lugar, es intentar regresarle a la gente sus espacios porque ellos tienen la opción de poder construir, aunque sea con cartón, estamos tomando la arquitectura en nuestras manos y apropiándonos de los espacios.
“Y por supuesto, el tercero, desafiar la gravedad porque el cartón es un material frágil y pues aquí es lo interesante es llevarlo a su límite, pues aquí en Guanajuato con el viento, la construcción se puede volar, de ahí lo interesante de utilizar ese material y transformarlo en una obra de arte”.
Su próxima obra Olivier Grossetête, sin precisar fecha, la piensa realizar en la ciudad de Monterrey.
hc