Tras años de investigaciones, disertaciones e hipótesis sobre el colapso de la civilización maya, el arqueólogo Carlos Miguel Varela dio en el blanco: demostró que el colapso de la sociedad maya no se debió a la sobreexplotación de su hábitat y al aumento demográfico.
La prueba está en su ensayo sobre Lakam ha’ la —antigua ciudad maya hoy conocida como Palenque—, por el que obtuvo el Premio Palenque 2017 y 100 mil pesos.
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[OBJECT]“¿A qué se debió —cuenta el joven investigador— el abandono de las ciudades mayas en el pasado? Es un tema bastante controvertido entre los mayistas, por mucho tiempo se ha especulado que el deterioro ambiental fue propiciado por el crecimiento demográfico y por las prácticas para producir alimentos y combustible. Sin embargo, actualmente podemos ver las mismas prácticas de subsistencia que llevan los mayas contemporáneos en torno al ciclo de la vida”.
Para quienes otorgan el Premio Palenque 2017 fue interesante descubrir que hay una continuidad en el consumo de las especies animales, así como en el uso de las plantas y de los árboles, según su registro arqueológico.
“Estamos encontrando especies en las diferentes fases de sucesión del bosque o la selva: la milpa, el sistema agrícola, incluidos los animales que vivieron en el bosque en aquella época y que existen actualmente alrededor de Palenque”, contó.
Con un registro arqueológico se encontró que hay animales asociados a los bosques. Lo que "nos dice entonces la zooarqueología es que los restos de animales localizados en los sitios arqueológicos estaban en contacto directo con las poblaciones humanas".
Por lo pronto, la hipótesis sobre abandono de los centros ceremoniales prehispánicos relacionada con el deterioro ambiental está descartada, al menos en Palenque.