Desde hace más de tres décadas el Claustro de Sor Juana coloca el tradicional altar monumental del Día de Muertos con flores de cempasúchil copal velas y las calaveritas de azúcar.
Es una ofrenda especial que en esta ocasión conmemora el 325 aniversario luctuoso de Sor Juana Inés de la Cruz, quien murió a consecuencia de una epidemia, pero también está dedicada evoca a los más de 90 mil personas que han fallecido en México a consecuencia del covid-19.
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Carmen López-Portillo, Rectora del Claustro de la Universidad de Sor Juana, indica que esta es una fiesta con mucho dolor: “porque no hemos podido despedirnos de muchos de nuestros amigos y de nuestros familiares, y darle un último abrazo y un último beso”.
La monumental ofrenda tiene como figura central a una escultura Sor Juana, de Antonio López, inspirada y pintada en el poema “Primero Sueño, uno de sus textos más importante.
Esta obra de dos metros de altura, fue intervenida artísticamente por la rectora de la Universidad del Claustro.
“Uno de mis hobbies, en uno de esos universos paralelos, que uno vive de pronto, es la pintura y entonces me propusieron: por qué no intervienes la obra de Sor Juana, y tú la conoces bien y podrías decir muchas cosas. Fue un reto enorme, utilicé tres meses prácticamente para realizar la pintura, y después de mucho tiempo pensé que la mejor forma de expresar lo que Sor Juana es para mí, es utilizando aquella obra que se reconoce como emblemática”.
Al hacer la descripción de cada uno de los símbolos que pintó en la escultura de Sor Juana, como el Faetón, el símbolo de la pirámide, las constelaciones, Hécate, entre muchos otros, que reproducen el camino del poema “Primero Sueño”, la rectora compartió que la imagen de los volcanes que desplegó en la parte inferior de su faldón, fue idea de su nieta Leonora: “que me dijo: Abano vas a pintar los volcanes porque Sor Juana nació en Nepantla. Como todo está inspirado en Primero Sueño, también pinté las pirámides...”
Para el montaje se invitó a seis artistas: Valerie Campos, César Aréchiga, Guillermo Arreola, Carmen López-Portillo, Antonio López y Alberto Penagos, cada uno de los cuales aportó una obra para enriquecer el altar de muertos iluminado, en el auditorio del divino Narciso.
Las cuatro pinturas de los pintores invitados forman parte de un gran retablo, llama la atención la imagen de San Sebastián, el santo protector contra las epidemias y las enfermedades pestilentes. También destaca la figura de Apolo, comúnmente relacionado con la armonía, el equilibrio y la razón, pero cuyas flechas propagaban plagas y enfermedades.
Todos fijan la mirada en la representación de Ícaro, una obra de madera que aparece volando sobre el altar: “quien en un salto de fe huye de donde es atrapado, siente una libertad extrema y sube al punto máximo donde llega al sol, pero se derriten las alas y cae”.
Ofrenda dedicada también a Arturo Rivera
Tras el fallecimiento inesperado de Arturo Rivera la rectora del claustro de sor Juana indicó que este altar también está dedicado al provocador artista.
La rectora de la Universidad del claustro señaló “Estoy especialmente triste desde ayer por la muerte de Arturo Rivera, entonces lo he tenido muy presente desde ayer, y hoy, yo creo que también me gustaría dedicarme el altar Arturo porque su última exposición retrospectiva fue aquí en el claustro, y con él inauguramos los festejos de los 40 años”.
Explicó que ofrecerán visitas al altar con público restringido y dependiendo del semáforo epidemiológico, tomando la sana distancia para que quienes lo deseen, puedan venir a ver ‘El altar de muertos el mundo iluminado’.
Aunque, precisó que también subirán en redes la grabación y las imágenes que presentan los distintos momentos del montaje.
PJG