El paso de Benito Juárez en el año de 1864 por el municipio de Matamoros, Coahuila, donde dejó en custodia a unos campesinos el Archivo de la Nación, es considerado fundamental en la vida nacional, hecho histórico por el cual se impulsó el primer recinto museístico en La Laguna: 'La Casa Juárez'.
El profesor José Luis Treviño García, actual encargado del recinto, refiere que se fundó a finales de la década de los sesenta en la casa donde el presidente pernoctó para luego continuar su camino hacia Gómez Palacio, Durango.
Alumnos de La Laguna donaron 20 centavos cada uno, para comprar el terreno
Fue con donativos que se concretó el primer recinto cultural comunitario de la región, sin embargo, hoy está cerrado debido a que presenta fallas estructurales y a que los gobiernos locales no se hacen responsables del sitio al considerarlo un activo del gobierno de la República. Pero no se trata de un bien gubernamental sino de patrimonio de la nación.
“Estas instalaciones se establecieron en marzo de 1969 y la finca fue comprada con la cooperación de 20 centavos por alumno a nivel región Laguna… y luego por ahí venía en el acta, que el único que no contribuyó fue el ejido Luchanas y fue de ahí donde han salido los mayores generales laguneros”, dijo Treviño García.
Casa sería vendida en 15 mil pesos
El documento refiere que después de entrevistar a Gregorio Álvarez y sus familiares en Congregación Hidalgo, sobre la compra de la propiedad donde se hospedó el presidente, se concluyó que sería vendida en 15 mil pesos, por lo cual se hicieron los trámites a fin de levantar las escrituras para que pasara a ser propiedad de la nación, y se le hicieran los arreglos necesarios destinados para fines cívicos que enaltezcan al pueblo de dicho ejido y al municipio de Matamoros en general.
En el Museo Casa Juárez esta historia se cuenta a través de fotografías de la época y algunos documentos. Así se aprecian imágenes del presidente y del general Jesús González Herrera, su guardia personal. Pero también de los custodios de los documentos de la nación. Fue Guadalupe Treviño Alzalde, tía del profesor Treviño García, quien conservaba fotos que fueron propiedad de su abuela.
“Mi papá fue el mero mero de investigar. Yo soy precursor de lo que le aprendí. Si todo es importante, para mí esta foto es una de las más importantes porque ellas son doña Nestora, doña Vicenta, doña Francisca Alzalde, Angelita Treviño y Olga Rodríguez… La primera era la que conservaba las dos fotografías originales de don Juan de la Cruz Borrego y la de Don Benito Juárez enredadas en medias de hilo, envueltas o amarradas con elásticos y por ahí mi papá las descubrió.
“Mi papá le preguntó a su abuela y ella le comenzó a narrar que tenía 15 años cuando don Benito pasó por aquí y que ella estuvo casada con don Agustín Borrego, hijo de don Juan de la Cruz Borrego y de ahí se desglosa lo que es la historia del Museo. No está demás decirlo, muchos lo escriben pero no saben el origen”.
Rojos, republicanos e independientes: así los de Matamoros
El libro 'La Comarca Lagunera, constructo cultural' del historiador Sergio Antonio Corona Páez, refiere que hacia el año de 1830 algunas familias habían fundado y poblado el rancho de San José de Matamoros, al noreste de Viesca. Por décadas los habitantes sostuvieron conflictos con el latifundista Leonardo Zuloaga Olivares, hasta que el presidente intervino.
“Tras varios conflictos entre los colonos del rancho y Zuloaga, el terrateniente propietario del paraje (las luchas duraron más de treinta años) el presidente Benito Juárez decretó que este poblado se elevara a la categoría de Villa con el nombre de Matamoros. Esto sucedía el 15 de septiembre de 1864”, escribió Corona Páez.
En contexto, el historiador estableció que en el año 1867, el general Lew Wallace, mejor conocido como autor de la novela Ben Hur, “estuvo en misión diplomática en la Comarca Lagunera y le atribuyó ciertas características a los laguneros, a quienes identificaba con los matamorenses. Sobre ellos dice: ‘Los laguneros eran (...) republicanos, independientes, a los cuales ni los franceses pudieron domar a pesar de que los azuzaron con el fuego y la espada”.
Esta versión la sostiene el cronista de Matamoros, Jesús Lamas Puentes, quien afirmó que los pobladores de Matamoros lucharon por la pertenencia de sus tierras, lo que multiplicó la violencia en la zona donde se registraron ataques sangrientos a civiles. Y en cuanto a los custodios de los archivos de la nación, también existen mártires que murieron antes de decir dónde ocultaron los documentos, por lo cual existe una deuda histórica con el municipio y con sus héroes.
“En la historia, nosotros venimos de Viesca, y Viesca emergió de la gente de Parras que, trajeron a Tlaxcaltecas a pelear contra todos los que llamaban bárbaros, los Tobosos, los Comanches, las tribus rebeldes; los Tlaxcaltecas que ya estaban sometidos a Hernán Cortés, era un pueblo sometido por el dogma católico, vinieron a hacer la revolución cristiana, católica.
“Al poblarse Parras los tlaxcaltecas fundaron Viesca y allí surgió el mismo problema a mediados del siglo XVII, ni siquiera el XVIII del presidente Juárez. Habían hecho un poblado que se llamaba El Saucillo con un asentamiento muy grande y de ahí surgió El Arenal, San Juan Nepomuceno de la Carrera y ya llegamos a Matamoros”.
Lamas Puentes refiere que esto se dio a conocer por las investigaciones del doctor Corona Páez y Gildardo Contreras, lo que cuestiona el mismo escudo de Matamoros que cita la fundación en 1842 cuando se atacó e incendió el poblado de San Juan Nepomuceno, pero en realidad la raíz se establece en 1810, pues ya había un asentamiento en la Vega de Marrufo y los habitantes aparecen en los registros de población de Parras y de Viesca en 1826. Se contabilizaban entonces al menos 200 familias.
El cronista refiere que Benito Juárez llegó a Matamoros el 4 de septiembre de 1864 tras pasar una temporada en Viesca y traído por el general Jesús González Herrera, quien comandaba la región junto al coronel Darío López Orduña, Juan de la Cruz Borrego y otros matamorenses y viesquenses que pelearon en contra de Leonardo Zuloaga por la posesión de la tierra que, los lugareños habían comprado al gobierno en mil 600 pesos oro.
“Te comentaba que la gente venía de Viesca, de Parras e incluso de Zacatecas y otros lugares, que eran campesinos libres que aquí compraron sus tierras, no querían trabajar más que para ellos. Decía el maestro Sergio Antonio Corona que estos no querían ser esclavos. Por eso deciden apoyar al presidente Juárez, ya habían ido a visitarlo a la Ciudad de México”.
La defensa de la nación
Jesús Lamas acotó que el presidente tenía contacto con estos laguneros que estaban en contra de Zuloaga y del gobernador Santiago Vidaurri, quien traicionó a Juárez al apoyar a Maximiliano de Habsburgo como emperador de México. No obstante y en defensa de la República, Juárez llegó a la Laguna y les encomendó el Archivo de la Nación que movilizó en once carretas.
“Aquí los recibió don Jesús González Herrera y deja a tu tío, don Juan de la Cruz Borrego, que tenía el rancho de La Soledad con campesinos que vivían casi en un régimen socialista porque sembraban sus tierras entre todos. Llega don Benito Juárez, les entrega el cargamento, pasan por El Gatuño, hoy Congregación Hidalgo un 4 de septiembre, al mediodía, y los ocultan en el Arroyo del Jabalí, que por el paso del agua era un lugar riesgoso y los trasladan a la Cueva del Tabaco”, precisó Lamas.
El profesor José Luis Treviño García confirma que Juan de la Cruz Borrego se hizo cargo y estableció que se turnarían para estar día y noche cuidando el lugar. Así pasaron poco más de tres años hasta que les pidieron el Archivo de la Nación, que fue entregado en la ciudad de San Luis Potosí. En el protocolo Benito Juárez se hizo tomar una fotografía con De la Cruz Borrego y González Herrera.
“La foto de don Benito y de don Juan eran de las que se guardan en una cartera y esta que tenemos aquí es una copia de la original. La original trae la firma de don Benito al reverso y el sello del fotógrafo que le da la legalidad de una foto original, y de ella tenemos una copia aquí. La otra se conserva en la casa de la familia”.
Treviño García apuntó que el presidente quedó en venir para hacerle un festejo a los custodios pero falleció en Palacio Nacional el 18 de julio de 1872. Pero este compromiso lo cumplió su hijo, Benito Juárez Maza, quien llegó acompañado por su esposa, la francesa María Klerian, motivo por el cual uno de los custodios de la nación le hizo ver la ofensa al decirle que no se sentaba con enemigos de la patria. El hijo de Juárez le respondió que por hombres valientes y decididos, su padre pudo triunfar.
Gobiernos locales no se hacen responsables del Museo
Sobre el Museo Casa Juárez. José Luis Treviño García explica que los gobiernos locales no se quieren hacer responsables. Apenas durante la administración municipal pasada, a cargo de Horacio Piña, y debido a que el delegado del INAH en Coahuila, José Francisco Aguilar fue a llamarles la atención, comenzaron a darle un apoyo económico. Pero luego llegó la pandemia y el museo volvió a quedar en el olvido.
“Nada, hay que salir a buscarle para la papa. Ojalá un día nos den un apoyo para estar aquí al frente. Y traemos agua y lo volvemos a renovar. Si a mi papá le gustaba y era esta su devoción, yo quiero seguir. Del museo tenemos esta sala y todo lo demás, que es terreno, es del museo también. Fue donado por una familia de apellido Chavarría que habló con el profesor José Santos Valdés.
“Necesitamos que este espacio comunitario no muera y nos gustaría que el gobierno de la República a través de sus delegados viniera a ayudarnos porque si se apoya a espacios privados que hacen cultura, por qué no a uno que vive, que se creó con el esfuerzo ciudadano y que pretende preservar la historia del paso del presidente Benito Juárez por La Laguna”.
aarp