El combate de flores, tradición ya arraigada en la ciudad de León, donde niños jóvenes y adultos se dan cita cada 16 de septiembre esperando tener éxito no solo en el intercambio de las más hermosas flores, sino también de concretar algún cortejo, o tan solo quizá intercambiar besos con desconocidos, como se hace ya en muchos antros de moda.
Los vendedores de flores asisten así a la cita de cada año, ofreciendo variedad de flores, de diferentes colores, tamaños, e incluso con adornos más vistosos; conveniente es para muchos comprar en cantidad, pues el número de éstas podrá ser proporcional a los besos que se acumulen durante la noche.
Entonces un joven se acerca a una fémina y le pide intercambiar una rosa, si lo acepta, deben no solo cambiar la flor, sino también un beso; la intensidad de este varía según la personalidad o intención de los involucrados, en su mayoría no pretenden un solo piquito, pero bueno, hay que guardar las apariencias, que no noten que de las 12 rosas que llevas, ninguna es de la misma especie.
Los asistentes pueden quizá intercambiar algunas palabras entre sí, o solo seguir de largo después de haber conocido en besos a aquel que llevaba la rosa azul pintada con aerosol; lo cierto es que en una ciudad ya desarrollada es poco viable que un romance se concrete en esta práctica anual, no queda más que intentar disfrutarla, si es de tu agrado pasearte por la plaza principal de la ciudad abarrotada de personas buscando cambiar rosas por besos.
En el estado de Guanajuato, no solo es en León donde se usa el concepto de la flor para conmemorar un día en donde ésta sirve de 'gesto romántico', con el fin del cortejo; Guanajuato tiene su tradicional día de las flores, o Irapuato con su combate también de flores, realizado en la conmemoración de la fundación del municipio.