Considerado como “un estudio sin precedente, pues es el único que hasta ahora ha investigado los efectos de la suspensión y reclusión de la vida cultural en los públicos y en sus prácticas culturales”, la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, a cargo de Jorge Volpi, presentó los resultados de la Encuesta Nacional sobre Hábitos y Consumo Cultural 2020, donde una de las primeras conclusiones es que se incrementó el consumo cultural durante la pandemia.
“Al sobrevenir el encierro y abrirse la enorme oferta cultural, el consumo cultural se incrementó. Al comenzar el confinamiento ir al cine era practicado por el 68 por ciento de los entrevistados: en la pandemia ha visto cine o cortometrajes el 73 por ciento. En el periodo de confinamiento se mantuvo alto este concepto, a pesar de que se amplió el interés por otras expresiones”, aseguró el investigador Eduardo Nivón, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), quien junto con Jorge A. González, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH- UNAM), y la maestra Cinthya García Leyva, directora de la Casa del Lago UNAM, se encargaron de hacer la interpretación de los datos.
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La encuesta se desarrolló entre el 9 y el 20 de octubre de 2020, con poco más de ocho mil 700 personas de las 32 entidades del país, quienes respondieron en línea un cuestionario dividido en seis temas: intereses y prácticas culturales de los participantes; hábitos y actividades desarrolladas durante la pandemia; participación y consumo de actividades culturales en línea; estado de ánimo e inquietud sobre protocolos sanitarios en las actividades presenciales; perspectivas de participación en las actividades culturales hacia los próximos meses, e información sociodemográfica de las personas encuestadas.
Dentro de los datos se encuentra que la primera actividad realizada durante la pandemia fue “escuchar música o mirar videos musicales en línea grabados con anterioridad”, desarrollada por 70.3 por ciento de las personas encuestadas, y la segunda, con 61.3, fue “socializar en línea o por teléfono”.
“Otras actividades muy practicadas a diario por los entrevistados fueron ver películas o series de TV (34.9%), leer un libro impreso (27.4%) y usar las redes sociales para contar una historia/publicar algo en blogs, Tik Tok, Instagram, Facebook, etcétera (23.4 por ciento)”.
“Bajo las condiciones de consumo digital, el consumo cultural se diversificó, los intereses de las audiencias se ampliaron. Antes de la pandemia, 23 por ciento iba a representaciones de teatro y el 14 por ciento veía transmisiones en línea; durante la pandemia, este último porcentaje se incrementó casi en 28 por ciento. Otro tanto sucedió con la danza.
“Algunos consumos se ampliaron, como el de cursos en línea y otros disminuyeron, como es el de ir a museos, una de las actividades más apreciadas antes de la pandemia, que era del interés para el 52.7 por ciento de los entrevistados y las visitas en línea se realizaban en un 33 por ciento, pero ahora sólo la realizaba un 29 por ciento. Se puede suponer que la experiencia sensorial y afectiva no ha sido fácil de remplazar por las opciones digitales”, enfatizó Eduardo Nivón.
Durante la presentación de la encuesta, impulsada por Juan Meliá, titular de la Dirección de Teatro UNAM, y coordinada por la Julia Isabel Flores, desde el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM (IIS-UNAM), el investigador Eduardo Nivón destacó que el reto de las políticas culturales, en lo que toca al acceso a los bienes y servicios y a la participación en la toma de decisiones, se desarrolla bajo condiciones de desigualdad.
“Las nuevas tecnologías han abierto un periodo esperanzador, en cuanto a que los recursos digitales pueden ser una oportunidad para enfrentar este problema: la encuesta muestra que el recurso más usado es el teléfono inteligente, queda por analizar la calidad del servicio y las limitaciones de su costo”.
Los resultados de la Encuesta Nacional sobre Hábitos y Consumo Cultural 2020 pueden consultarse en la página de CulturaUNAM.
PCL