El ex convento de Acolman es uno de los tesoros arquitectónicos más importantes de México, ubicado en el Valle de México, es considerado un monumento histórico y artístico de gran valor.
Fue construido en el siglo XVI por los frailes franciscanos que llegaron a la región con el objetivo de evangelizar a los nativos. La obra tomó varios años y se concluyó en 1552. Desde entonces este lugar ha sido testigo de importantes acontecimientos históricos y religiosos.
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El ex convento destaca por su arquitectura colonial, la fachada principal está adornada con hermosos relieves de estilo plateresco, que representan escenas bíblicas y elementos de la flora y fauna local, mientras que en el interior se encuentra un impresionante conjunto de frescos, que muestran escenas religiosas y de la vida cotidiana de la época.
Una de las principales atracciones es su iglesia, dedicada a San Agustín, la cual cuenta con una impresionante nave central adornada con retablos de estilo barroco. Además, adentro está la capilla abierta de los Reyes, que es considerada una de las joyas del arte novohispano.
Este recinto también alberga un museo donde se exhiben diversas piezas de arte sacro y objetos relacionados con la historia del lugar.
Entre las piezas más destacadas se encuentran esculturas religiosas, pinturas y textiles, que son exhibidas en el museo con salas de exposiciones temporales, donde también se presentan muestras de arte contemporáneo.
El ex convento de Acolman es un lugar de gran importancia histórica y cultural debido a que durante la época colonial, fue un importante centro de evangelización y educación para los nativos de la región.
Cabe señalar que también fue escenario para la firma de varios tratados y acuerdos entre los conquistadores y los líderes indígenas del país.
A lo largo de los años ha tenido diversas modificaciones y restauraciones; sin embargo, se ha procurado mantener su estructura original y conservar su valor histórico.
También es escenario de diversas festividades religiosas, ya que cada año en agosto, se celebra la fiesta de San Agustín, patrono del lugar, y se realizan procesiones, danzas tradicionales y otras actividades.
Además de su valor histórico y religioso, también es un lugar de gran belleza natural, ya que está rodeado de jardines y áreas verdes, por lo que ofrece un ambiente tranquilo y sereno, ideal para el descanso y la reflexión.
Para los habitantes de la región se ha convertido en un verdadero tesoro de la arquitectura colonial mexicana por la hermosura de su construcción, su valor histórico y su importancia religiosa, lo que lo convierten en el lugar obligado para los amantes de la cultura y la historia.
LG