Corrientes de lo alterno: La crítica mexicana en los años noventa

El libro Corrientes de lo alterno volumen 2 se publicó en 1998 y es una compilación de Sergio Monsalvo que reúne ensayos rockeros de él y varios autores.

Kate Bush, con su “canción artística” edificó un culto especial y variado, se lee en esta obra. (Especial)
Israel Morales
Monterrey /

El libro Corrientes de lo alterno volumen 2 (editorial Ponciano Arriaga) se publicó en 1998 y es una compilación de Sergio Monsalvo que reúne ensayos rockeros de él y varios autores.

Es una obra con diferentes temáticas que incluye desde las expresiones artísticas de vanguardia, el reggae, el underground, la música global, el blues, hasta la música que se va por los canales comerciales. Además es una muestra en gran parte de la crítica rockera que se hacía en los años noventa en México.

En este volumen se puede leer un texto sobre la exploración geográfica de musicólogos como Paul Simon y Peter Gabriel en un texto de David Cortés que desarrolla el concepto de world beat y la influencia de la cultura africana y oriental. Todas las posibilidades que ha dado el blues llevan a Sergio Monsalvo, dentro de otro texto, a trazar perfiles de músicos como Johnny Winter, Billy Gibbons de ZZ Top, o bandas como Roomful of Blues y Fabulous Thunderbirds, estos últimos autores del hit “Tuff enuff”.

Entre las corrientes musicales no se puede dejar de lado el reggae con el ensayo “La historia de la música jamaiquina”, de Steve Barrow, de quien cito lo que dice sobre su mayor exponente: “Bob Marley era, sin duda alguna, un artista extraordinariamente dotado y consciente, dueño de un talento que le permitía traducir los hechos particulares de la existencia en el ghetto jamaiquino a términos de significación universal” (pág. 75).

Hay un capítulo dedicado a las mujeres que abrieron geografías musicales que no se habían explorado, y Monsalvo cita a un nutrido grupo: Joni Mitchell, Janis Joplin, Cher, las Supremes, Nico, Tina Turner, Kiki Dee, Pat Benatar, Chrissie Hynde, Annie Lennox y toda una gama de caracteres femeninos en el rock.

Xavier Velasco ofrece una guía práctica para gozar a Madonna y David Cortés a Kate Bush en “La canción artística”, quien edificó un culto especial y variado. Una canción que la identifica es “Running up that hill (a deal with God)”.

Otra vez Velasco con “Padre nuestro (que estás en el backstage” aborda a David Bowie, de quien dice: “Luces, maquillaje, greña, calvario, y por encima de todo lo visible y lo invisible palabras, palabras y más palabras, acomodadas con la precisión de las plegarias y el poder de los conjuros” (pág. 185). Buena narrativa.

Y para llegar a otras galaxias lejanas y ambientales están por citar solo dos ejemplos: Klaus Schulze, a quien el compilador, Monsalvo, llama “un cyborg de avanzada”, por sus aportes a la música electrónica con Tangerine Dream y como solista, y Kraftwerk, un concepto de dos dandys que se hicieron representar en el escenario por unos robots, se recomienda Autobahn de 1974.

Corrientes de lo alterno volumen 2 cierra con “Filosofía del rock: Mitos, modos y vertientes”, de cómo se han conceptualizado términos culturales que le dan cierta ambigüedad a la música que disfrutamos, desde la intelectualidad de sus exponentes, lo dicen lo Talking Heads en su canción “Road to nowhere”: “Bueno, sabemos a dónde vamos, pero no sabemos dónde hemos estado”. Y señala Monsalvo: “El hombre contemporáneo no cuenta con un destino particular”. Existencialismo puro en este libro noventero, que aunque salió en esa década apela más que todo a los clásicos del rock, con muchos temas, bien dirigidos y contextualizados. Obra que pondera el análisis musical y que refleja la pasión por el rock de parte de los que escriben en ella.

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