El 9 de enero de 1957 fue aprobada la construcción de Ciudad Satélite, la cual se ubicaría en las 300 hectáreas que conformaban la hacienda “Los Pirules” y, el 12 de septiembre de ese año, Mario Pani presentaba el proyecto “México. Un problema, una solución” ante la Sociedad de Arquitectos de México; sin embargo, desde años antes cuando el presidente Miguel Alemán sugirió la creación de una nueva ciudad, Pani propuso la creación de un “Plan Regional”, principalmente le interesaba saber la cantidad de agua con que contaba la zona y su ubicación.
“En esa época el terreno designado era un alfalfal que se encontraba en la Cuenca Lechera del Estado de México, allá por el rumbo de Cuautitlán, en un sitio incomunicado con Ciudad de México, el tiempo que se necesitaba en ese entonces era el mismo que hoy se necesita para ir a Cuernavaca o Tula”, indicó el consultor ambiental Jorge Sánchez Gómez.
El proyecto de Ciudad Satélite fue en origen destinado para la clase media trabajadora, que saturaba Ciudad de México y que encontraría no solo un moderno y funcionalista entorno, con calles diseñadas solo para vehículos y lo fundamental, un sistema de reciclaje de agua de lluvia, de acuerdo a la idea de Pani.
También conservarían su carácter agrícola e industrial, por lo que la población podría realizar sus actividades económicas. “Se proyectó como una ciudad completamente nueva, independiente y fuera de la sobrepoblada y colonial Ciudad de México, sin imaginar un panorama catastrófico por el agotamiento de los acuíferos de esta región debido a un acelerado proceso de industrialización y crecimiento poblacional en el Valle de México y la capital del país”.
Devorado por mancha urbana
Con el tiempo, dijo, las zonas destinadas a ser áreas verdes también fueron lotificadas y vendidas para transformarse en una gigantesca extensión de la capital del país, donde se reproducen los problemas como el denso tráfico vehicular, sin lugar para los peatones, contaminación del aire y escasez de agua potable o su abundancia, que se traduce en inundaciones cada temporada de lluvias.
“No hay duda del papel que ha tenido el agua para determinar su ubicación y edificación de las grandes ciudades y consecuentemente la sobreexplotación de los acuíferos y las severas alteraciones de esta cuenca que, desde la Colonia, los fenómenos de escasez o abundancia han impactado en la vida cotidiana”.
Historia problemática
Esta zona urbana concentra más de 21 millones de habitantes y fue concebida en una cuenca cerrada sobre cinco lagos planos e impermeables, donde los esfuerzos para desahogar las presiones hídricas existen desde el siglo XV, puntualizó.
Otro ejemplo de los problemas que se tuvieron a lo largo de la historia en el municipio de Naucalpan, fue el del agua destinada a los habitantes de la actual Basílica de Nuestra Señora de los Remedios que, “dada su localización en la punta de un alto cerro, no fue fácil la conducción del vital líquido y para los de San Bartolomé, Santa María Nativitas y Santa Cruz, quienes la utilizarían para regar sus tierras de cultivo, explicó la historiadora Rebeca Jiménez.
En 1620 por órdenes del virrey Diego Fernández de Córdoba se construyó un sistema hidráulico que pretendía abastecer al pueblo de Los Remedios, este sistema incluía un drenaje subterráneo formado por tubos de barro y un acueducto con 26 arcos que llegaban hasta la población de San Francisco Chimalpa, donde se extraía el agua, pero se necesitaba de un sistema de presión para subir el líquido y desalojarlo, por lo que construyeron dos torres en forma de caracol para que funcionaran como un sifón extrayendo el aire y permitiendo la circulación del agua.
Sin embargo, la complicada topografía de la zona más los errores de cálculo de los ingenieros provocó que fueran abandonados, sin cumplir su objetivo. A finales de la Colonia en 1765, más de 100 años después, retomaron la construcción del acueducto e incrementar la obra, pero la poca cantidad de agua, las dificultades del terreno y el aumento de la población provocaron más errores en los cálculos y no alcanzó a circular.
MMCF