Cuando muere una música: el son calentano al sur del Edomex

Por Abraham Ávila

El baile y la música tradicional, además de ser un cofre donde se guarda la memoria oral de los pueblos, la historia, símbolos e idiosincrasia, también cumple una función social de crear lazos.

Encuentro de Músicos y Bailadores de la Región de Tierra Caliente, en Tejupilco. (Articulista Invitado)
Toluca /

En la región de tierra caliente del Estado de México -Luvianos, Tejupilco, Bejucos, Tlatlaya, y de más- no solo se han registrado hechos de sangre y disputas de territorio entre los delincuentes que quieren controlar la zona. También esta región es semillera en materia de baile y música tradicional: el son calentano, que forma parte importante del que hacer cultural e identitario de los mexiquenses al sur del Edomex. 

¿Qué música y baile es representativa por excelencia de los mexiquenses?

Si esta pregunta fuera realizada hoy en cualquier parte del Estado de México o en el país seguramente la respuesta, en su mayoría, quedaría en blanco o vagando entre la incertidumbre. 

El baile y la música tradicional además de ser un cofre donde se guarda la memoria oral de los pueblos, la historia, símbolos e idiosincrasia, también cumple una función social de crear lazos comunitarios: donde las problemáticas se exponen junto a sus posibles soluciones, y los males, que atañen a toda sociedad, se hacen llevaderos con la algarabía que las fiestas arrastran de la mano del canto y del baile popular. 

A nivel federal muy poco se conoce por parte de investigadores, melómanos y población en general sobre una música representativa del Estado de México. 

Si hurgamos en lo profundo del folclore mexicano, la respuesta a la pregunta lanzada antes, acertaría que la música por excelencia que proyecta a los mexiquenses en otras latitudes, es la música calentana.

Aunque otros géneros y tradiciones musicales coexisten en la geografía cultural del Estado de México, sin duda la música calentana es de las expresiones culturales más antiguas y que con mayor potencia se proyecta en un contexto donde la identidad mexiquense se ve bifurcada.

Actualmente el son calentano no goza de buena salud, esta tradición musical corre la suerte de quedar en el olvido o sufrir un transformarse radical, es una expresión poco valorada y apoyada por las dependencias de cultura y artes en el país. 

A esta conclusión llegaron músicos, docentes e investigadores en el Décimo Encuentro de Músicos y Bailadores de la Región de Tierra Caliente, que tuvo sede en Tejupilco, los pasados 11, 12 y 13 de Abril. 

Donde los estados de Guerrero, Jalisco, Colima y el Edomex, además de mostrar sus trabajos de puesta en escena, hicieron énfasis en la crisis que atraviesa dicha expresión cultural, apuestan por crear mecanismos para la salva guarda de este patrimonio cultural como la intervención directa en las comunidades con talleres autogestinados.

Un dato alarmante que manifestaron durante el encuentro es que en el Edomex son poco menos de quince grupos tradicionales de son calentano, los que actualmente existen sin ningún apoyo, y que reman a contracorriente a los hábitos de desvalorización que la modernidad ha instaurado en sus comunidades y en su gente.

Hicieron énfasis en las problemáticas que las academias de ballet y música folclórica representan para esta expresión cultural, ya que además de desvirtuar esta tradición crean agrupaciones y compañías que se apropian de los recursos con el fin de una proyección artística y no para el crecimiento, el resguardo y promoción de dicha música, que su génesis se centra en tejer lasos comunitarios y espirituales.

Mencionan que incluso hay grupos que no son de la región y toman prestado el nombre de municipios para poder participar en convocatorias.

En aras de una identidad musical, apelando a la historia y apelando al sector popular que forma la mayor parte del territorio del Estado de México hay dos vías ante este panorama: un resurgimiento o la desaparición de la música calentana en el sur mexiquense. 

La primera es evidente que se está construyendo con la organización de las comunidades y los esfuerzos colaborativos de los actores de dicha tradición musical. Más allá de crear un genero privilegiado por la técnica y el virtuosismo, lo que se quiere alcanzar con esta apuesta, es que los pueblos puedan cantar y bailar sus dolores y sus alegrías, encontrar un reposo existencial e identitario. 

LC

  • Milenio Digital
  • digital@milenio.com
  • Noticias, análisis, opinión, cultura, deportes y entretenimiento en México y el mundo.

LAS MÁS VISTAS