Dalia Monroy pinta al compás de la música

La obra de la pintora poblana se guía “por un instinto emocional que exige de todos los sentidos; ella escucha el color, lo oye decir en dónde debe estar”, afirma la crítica y curadora Avelina Lésper.

La exposición "Sonoridad imaginaria y cadenciosa" se presentará en el Museo José Luis Cuevas en el Centro Histórico hasta el 9 de febrero de 2020. Oct
Ciudad de México /

La artista Dalia Monroy se asume como una pintora que goza el color, que vibra con él, por lo que su paleta es un deleite que combina con el ritmo de la música y sus variados instrumentos.

“Así es, me encanta, me gusta, aprendí a trabajar el color, lo transmito. Es algo que me sale del alma”, dijo luego de la inauguración de su muestra Sonoridad imaginaria y cadenciosa, en el Museo José Luis Cuevas, en el Centro Histórico.

La música en vivo, el body paint, el performance dancístico y la explosión de color de los cuadro de Dalia Monroy convirtieron la muestra en una gran fiesta, luego de la ceremonia de apertura encabezada por Salvador Vázquez Araujo, apoderado del Museo José Luis Cuevas, y Sergio Mayer, presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados.

El legislador morenista reconoció la labor de Monroy como activista, pero también como creadora, ya que ella impulsó la fundación del Instituto de Arte y Cultura de Puebla.

“La fascinación de la autora por todas irrupciones del silencio que envuelven el tom-tom del corazón, es lo que conduce a cada pincelada a convertirse en un trazo con ritmo y pasión. Hoy, este emblemático espacio alberga la obra de una mujer poblana que, gracias a su estudio, trabajo y dedicación, se ha convertido en una gran embajadora de las artes plásticas mexicanas consolidándose como un emblema de la forma y color de las expresiones nacionales por casi todo el mundo”, dijo Mayer.

Por su parte, Vázquez Araujo destacó que el arte de Dalia Monroy es maduro y magistral: “Es una creadora en pleno dominio de su oficio plástico. Como se podrá apreciar, una de las características de la obra que integra esta exposición es su cromatismo, es la vibración de los colores combinada con las formas que aparentan ricos y complejos cuerpos con ritmos”.

Más adelante, el director del museo  aseguró que el trabajo de Monroy “contribuye a extender un puente entre las artes visuales y los ámbitos de la música y danza de una manera sugerente. Sus pinturas nos invitan a crear todo un ambiente alrededor de esto; es más, podríamos decir que nos convocan a un grato ambiente en el que participamos, junto con los imaginarios ejecutantes de la danza y del baile”.

Un color, una canción

Avelina Lésper, directora de la colección MILENIO Arte, quien escribió el texto de sala y un artículo en el catálogo de la exposición, apuntó que Dalia Monroy “trabaja al ritmo de la música. Su temperamento está guiado por la cadencia de lo que escucha. Al levantarse hay dos cosas en su mente, un color y una canción, y son lo mismo, despertar con un tono musical o cromático”.

Para Lésper la “pintura de Dalia Monroy está guiada por un instinto emocional que exige de todos los sentidos. Ella escucha el color, lo oye decir en dónde debe estar”.

Envuelta en una partitura del color, Dalia Monroy, artista de la colección MILENIO Arte, expresó que para ella es un  gusto  trabajar con diferentes disciplinas artísticas. “Es importante porque este tipo de propuesta le llega a la gente porque toca sus emociones. Eso me gusta, compartir lo que yo he sentido”.

Explicó que la muestra es la primera etapa de Sonoridad imaginaria y cadenciosa, ya que la intención es llevarla a otras sedes en México y en el extranjero.

“Tenemos un video también muy creativo con los bailarines. Es importante porque se logra la integración, una retroalimentación interdisciplinaria. Eso es lo que a mí  siempre me ha interesado. Este proyecto no se queda aquí. Esta es la primer etapa, pero habrá una segunda, donde se exhibirá un promedio de 50 obras y se integrarán más bailarines”.

La exposición de Dalia Monroy se puede visitar en el Museo José Luis Cuevas, ubicado en Academia 13, Centro Histórico, hasta el 9 de febrero de 2020. 

Entre abstracción y figurativismo

Dalia Monroy nació en Huauchinango, Puebla, un lugar mágico rodeado de la naturaleza. Su obra, que está entre la abstracción y el figurativismo, se caracteriza por ser una fiesta de color. Sus cuadros tienen como tema algunos instrumentos musicales. En sus obras refleja colores y transparencias de manera que las envuelve en sus propios sonidos, para que empiecen a figurar las notas musicales emanadas de las trompetas, las flautas o el piano.  


  • Leticia Sánchez Medel
  • letymedel@yahoo.com.mx
  • Reportera cultural, cursó la maestría en Periodismo Político, es autora de tres libros sobre la historia inédita del Cervantino.

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