Erick Rodríguez: “Con la Compañía Nacional de Danza he crecido como ser humano”

El primer bailarín se despedirá de los escenarios en noviembre con Onegin, de John Cranko.

Erick Rodríguez | INBAL
Ciudad de México /

Han pasado 13 años desde la última vez que la Compañía Nacional de Danza (CND) escenificó Onegin, ballet que se podrá disfrutar en noviembre en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, y con la que el primer bailarín Erick Rodríguez se despedirá de los escenarios de la agrupación dancística mexicana.

Originario de La Habana, en entrevista con MILENIO recuerda que llegó a México cuando se presentó con el Ballet Nacional de Cuba, “y no regresé; conseguí boletos para ver una función en Bellas Artes y me tocó ver un programa neoclásico contemporáneo.

“Ese fue mi primer contacto con la compañía. Regresé para hacer una audición y estuve una semana con los maestros y, al final, decidieron darme el contrato”.

El bailarín tenía 20 años entonces, cuando se enfrentó a “un país extraño” después de “salir de una isla”. Con el tiempo, mientras representaba El cascanueces, le dieron la noticia de su nombramiento como primer bailarín. Una carrera y una agrupación “que me ha dado mucho y me ha hecho crecer como intérprete y como ser humano; de lo más agradecido que estoy es que me ha dado la posibilidad de hacer lo que más disfruto en la vida que es bailar. Me voy agradecido y satisfecho”.

Erick Rodríguez | INBAL

Serán varias fechas en la que se presente Onegin; 7 y 12 noviembre son los días en los que Erick Rodríguez interprete a Eugenio Onegin, un aristócrata cansado de la vida, aburrido de la aristocracia. “Él se pone una especie de armadura para que no le rompan el corazón, luego comete una locura, no digo cuál para no hacer spoiler, y termina dándose cuenta de que se equivocó, pero es un poco tarde”.

Te despides con Onegin. ¿Qué encuentras en esa pieza?

Es una obra maestra de John Cranko, uno de los grandes ballets que se crearon en el siglo XX. En segundo lugar, Cranko ha influido en la compañía porque he bailado tres grandes ballets de él: Romeo y Julieta, La fierecilla domada y Onegin, pero en ese momento era muy joven para haber interpretado este personaje que es tan complejo, y me quedé con ganas de volver a hacerlo.

¿Cómo es la interpretación y la ejecución técnica?

Hay mucha dificultad en ambos sentidos. En interpretación es un personaje que cambia a lo largo del ballet, así que matizar todo eso es muy complejo. La ventaja es que Cranko hizo una obra maestra y los pasos, sobre todo en los duetos que hace, va narrando la historia y ahí viene la complejidad técnica porque es un trabajo en pareja.

¿Te costó la decisión de despedirte del escenario de la CND?

No es fácil que un bailarín deje los escenarios, pero eventualmente lo haré en su totalidad porque tengo 41 años, y desde los 10 estoy bailando ballet. Por un lado es complejo, porque es algo que he hecho durante toda la vida y es algo de mi identidad. Por otro, es increíble empezar una vida nueva con las herramientas que me aporta la danza, con algo relacionado con esta pero desde otro lugar, o algo que no tenga que ver. En mi caso, creo que estará relacionada con la danza.

Protagonista masculino

Rodríguez dice que Onegin es de los pocos ballets en el que el protagonista es un hombre: “Ahora lo abordo con más experiencia y madurez, desde una perspectiva diferente. Finalmente es uno de los pocos ballets que tiene nombre de hombre; retirarse con esta obra es un privilegio”.

Erick Rodríguez | INBAL

Esta pieza está inspirada en el poema de Alexander Pushkin, con música de Piotr I. Tchaikovsky. Para las funciones de despedida participará la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, que será dirigida por Óliver Díaz.

Hablando con el primer bailarín sobre las reflexiones que ha tenido en estos últimos días de su trayectoria en escena, aseguró: “No me he sentado mucho a reflexionar porque he tratado, no sé si palabra sea evadir, o todo lo que esté relacionado con ese adiós, porque he querido vivir y disfrutar cada uno de estos días como si no pasara nada, porque es un adiós pero también una celebración y lo veo como algo positivo: un ciclo de cierre bien”.

Los ensayos para las presentaciones de noviembre están iniciando, y el artista se está preparando para entender el contexto de la obra: la época en que se escribió y por qué, las reacciones del protagonista ante la vida. “Desde ahí la estoy abordando, y estoy tratando de entender quién es Eugenio Onegin”.

Erick Rodríguez también está ensayando para Carmen y El lago de los cisnes, que se presentarán del 12 al 22 de octubre en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque.

DAG

  • Viridiana Contreras
  • viridiana.contreras@milenio.com
  • Reportera y coeditora. Licencia en Comunicación y Periodismo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón (UNAM). Doce años en el periodismo cultural.

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