Fue uno de los personajes fundamentales para el arte mexicano que reflejó su militancia política y activismo en cada una de sus obras. Junto a Diego Rivera y José Clemente Orozco hicieron del muralismo mexicano una corriente reconocida a nivel mundial. Su técnica permeó en artistas reconocidos como el estadunidense Jackson Pollock. David Alfaro Siqueiros nació un 29 de diciembre de 1896, pero el poder de sus ideas y trazos mantienen su vigor en la actualidad.
A continuación te mostramos 5 obras para adentrarte en el mundo del artista mexicano nacido Camargo, Chihuahua; todas las puedes ver exhibidas en Ciudad de México.
1 - Retrato de la burguesía (1939)
Siqueiros rechazaba al artista que no se comprometía políticamente con su obra, es decir, a esos que eran sólo “pintor por pintor”; esta idea se ve reflejada en sus obras, pues más allá del componente estético de sus pinturas o murales, hay en ellas una posición política, una visión del mundo.
En 1919, el joven Siqueiros se embarcó a Europa en donde rápidamente se contagió de marxismo y de la vanguardia plástica que bullía en el continente. En 1921, en Barcelona, publicó el manifiesto Tres llamados a los artistas plásticos de América en donde afirmaba:
“Nuestra meta estética fundamental es socializar la expresión artística; repudiamos la pintura de caballete y todo el arte de los círculos intelectuales, porque es aristocrático, y glorificamos la expresión del Arte Monumental porque es una propiedad pública”.
Bajo estos preceptos, David Alfaro Siqueiros encabezó el proyecto Retrato de la burguesía, plasmado en los muros de la antigua sede del Sindicato Mexicano de Electricistas, en Antonio Caso 45 en la Colonia Tabacalera.
Si bien el proyecto no es completamente de su autoría, pues participan los artistas españoles exiliados en México como José Renau, Antonio Pujol y Luís Arenal, David Alfaro Siqueiros llevó la batuta de la obra que comenzó a pintarse en julio de 1939 y culminó en octubre de 1940.
En esta obra, Siqueiros y compañía plasman el imperialismo militarizado, en el contexto de la Alemania expansionista, previo al estallido de la Segunda Guerra Mundial, así como la bonanza de la burguesía a costa de la clase trabajadora.
2 - Nueva democracia (1945)
A solicitud de la Secretaria de Educación Pública, David Alfaro Siqueiros plasmó en los muros del Palacio de Bellas Artes una obra dedicada a la victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial sobre las naciones del Eje.
Desde temprana edad, el joven Siqueiros se mantuvo activo en el activismo político, incluso en la lucha armada, afirmando haber participado activamente de lado de las tropas carrancistas durante la Revolución Mexicana. Es así, que esta idea de la derrota de la opresión se ve reflejada en muchas de sus obras.
Nueva democracia muestra a una mujer rompiendo las cadenas de la tiranía, que se complementa con dos paneles laterales, las víctimas del fascismo y las víctimas de la guerra.
Para esta época, David Alfaro Siqueiros ya había pisado la cárcel por participar en huelgas obreras, y había regresado de España en donde combatió a lado de los republicanos en contra de las huestes franquistas.
3 - El Pueblo a la universidad, la universidad al pueblo (1952-1956)
Los primeros años de su vida transcurrieron en Guanajuato, y al morir su abuela, la familia de David Alfaro Siqueiros se trasladó a la Ciudad de México en donde en 1911 ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria y por las noches asistía a la Academia de San Carlos, en donde recibía formación artística. Al poco tiempo, en esta institución, participó en la huelga de alumnos que demandaba la dimisión del director y un cambio en el método de enseñanza.
Para 1914, Siqueiros se alistó al Ejército Constitucionalista para combatir contra las tropas de Victoriano Huerta, y luego en contra de las tropas de ‘Pancho’ Villa y Emiliano Zapata. Sus viajes por el interior del país lo llevarían a sensibilizarse con el movimiento armado, la clase obreras, el movimiento campesino y en general con la cultura mexicana.
En 1946, bajo de administración de Manuel Ávila Camacho, comienza la construcción de la Ciudad Universitaria al sur de la Ciudad de México, en donde más tarde David Alfaro Siqueiros es invitado a participar para intervenir uno de los muros del edificio de Rectoría.
Con una técnica que denominó ‘escultopintura’, dada la composición de estructuras metálicas recubiertas con concreto y detalladas con mosaicos, Siqueiros plasmó a un grupo de estudiantes con sus herramientas diarias para el aprendizaje, que refleja la intención de estos de devolverle al pueblo sus conocimientos.
Esta obra, debido a su ubicación, en el corazón de Ciudad Universitaria, y por las diferentes movilizaciones estudiantiles, ha sido intervenida en al menos algunas ocasiones. La primera durante la huelga de 1999. Este año, durante las protestas en contra del acoso sexual y la violencia de género también se registraron pintas sobre el mural.
4 - Del Porfirismo a la Revolución (1966)
Debido a su activismo político, David Alfaro Siqueiros estuvo recluido en la penitenciaria de Lecumberri en diferentes etapas de su vida. Militó de forma activa en el Partido Comunista Mexicano y tomó parte en la lucha sindical y en el movimiento sinarquista, lo que lo llevó a un distanciamiento con el gobierno mexicano para el cual ya había hecho trabajo a petición.
En Lecumberri, Siqueiros regresó a la pintura de caballete; ahí, sobresale un biombo que pintó para la obra Licenciado, no te apures, que según dijo, inauguró la pintura artística aplicada al teatro.
Son famosas las fotografías de Siqueiros tras las rejas de la penitenciaria de Lecumberri, edificada durante el Porfiriato.
Del Porfirismo a la Revolución fue concebida en dos etapas; Siqueiros comenzó a trabajar en la obra en 1957 hasta 1960, pero durante este lapso volvió a ser encarcelado en la penitenciaria. Hasta que en 1966 se le otorgó la libertad condicional y volvió a trabajar en la obra.
El mural está lleno de simbolismo que dan cuenta de una de las épocas más determinantes de la historia nacional. En ella se observa a Porfirio Díaz sentado en la silla presidencia pisando la Constitución de 1857, mientras es adulado y asesorado por los ‘científicos’, el grupo de intelectuales oficialistas. De derecha a izquierda, desglosa la situación política y social de México, comenzando con un baile de la burguesía y culminando con el pueblo revolucionario.
Esta obra se puede ver en el Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec.
5 - La Marcha de la humanidad en la tierra y hacia el cosmos (1971)
La valía de Siqueiros no radica solo en el mensaje político o por la transfiguración de los cánones sociales o por el simple el componente estético, fue un artista total también por la búsqueda constante de innovación y perfeccionamiento de su técnica.
Uno de los artistas fundamentales del Siglo XX fue el estadunidense Jackson Pollock, precursor del expresionismo abstracto, único movimiento pictórico original surgido en Estados Unidos, que hizo del action painting y el dripping el método por el cual logró conformarse como una corriente de vanguardia. Sin embargo, esta manera de expresar el arte pictórico fue abrevado por Pollock en el taller experimental que Siqueiros impartió durante su estadía en Nueva York en 1936. La técnica de goteo y la acción de pintar sin bocetos, dejado fluir la pintura con velocidad y ritmo, fue considerada entonces una expresión revolucionaria.
Hay quien afirma que Jackson Pollock no hubiera existido sin Siqueiros, y esta renuencia, sobre todo en Estados Unidos, en gran parte se debe a lo político, pues el artista mexicano era abiertamente comunista, y también al rechazo de la influencia del arte mexicano sobre el arte estadunidense.
Bajo estos preceptos de innovación en la técnica, Siqueiros aseguraba que el verdadero muralismo era aquel que se lograba integrar con la estructura arquitectónica, así fue que se creó el Polyforum Cultural, en donde Siqueiros plasmó La Marcha de la humanidad, también llamado “el mural más grande del mundo”.
Este foro, que también cuenta con un teatro, fue aperturado en 1971, siendo una de las últimas obras del artista mexicano.
Este espacio puede ser apreciado en la Ciudad de México; ubicado en Avenida de los Insurgentes, a la altura del World Trade Center, en la colonia Nápoles.
Bonus - El Coronelazo (1943)
Uno de los episodios más controversiales de la vida de Siqueiros fue su participación en el fallido atentado perpetrado en contra de León Trotsky, en Coyoacán, por lo que tuvo que exiliarse en Chile.
Sin duda la vida del muralista mexicano estuvo plagada de exabruptos, excentricidades que nunca fueron en detrimento de su obra, por el contrario, la enriquecieron.
En 1937, Siqueiros se embarcó a España para combatir en la Guerra Civil, siendo Teniente Coronel de las brigadas 46 y 46 del Octavo Ejército Republicano que luchaba encarnizadamente contra el fascismo.
Fruto de esta aventura es su icónico autorretrato llamado El Coronelazo, fechado en 1943; que busca enviar el mensaje de que el fin último del hombre es la búsqueda de la libertad política.
Esta obra se puede apreciar en la exposición permanente del Museo Nacional de Arte de la Ciudad de México.
David Alfaro Siqueiros murió el 6 de enero de 1974; su restos se encuentran en la Rotonda de las Personas Ilustres en el Panteón de Dolores de la capital.
AE