Si la palabra es una de las pasiones de David Huerta, la poesía resulta fundamental en su proceso literario, pero también los agradecimientos: a los suyos, sobre todo a Verónica Murguía, a los poetas que lo formaron y a quienes estaban, ayer al mediodía, en la ceremonia de inauguración de la Feria Internacional del Libro (FIL) Guadalajara, donde se le entregó el Premio FIL Literatura en Lenguas Romances.
“En casi 30 años de existencia, este premio ha sido otorgado a nueve poetas y solamente, hoy, a un poeta nacido en estos valles y llanuras, en estos lugares empapados en lágrimas y sangre que forman el país llamado México”, fueron de sus primeras palabras, luego de que la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, le entregara el galardón.
El momento para reflexionar acerca de la poesía y de sus creadores, en la búsqueda metafórica de lo que llamó el mejor poema del mundo, “una red que se ha tejido en nuestra mente con esos elementos: está ahí, aquí, a nuestro alcance”.
Tiempo, también, para volver a evocar al poeta inglés Percy Shelley, quien solía definir a sus colegas, los poetas, como “los legisladores no reconocidos del mundo: se refería a esto que estoy diciendo; los poetas son como los pescadores de la Soledad segunda –de Luis de Góngora–: mantienen abierta y protegida esa red, con la que podemos y debemos pensar, sentir e imaginar: “obedecen el imperativo mismo del ser humano, de su existencia”.
“Renunciar al pensamiento y al lenguaje articulado en los altares de la obediencia ciega, del irracionalismo que convierte a la tribu en un rebaño, manso o feroz, según convenga a los poderosos, significa renunciar a la humanidad misma. ¿Cómo legislan los poetas? Nos dan las leyes de la mente: imaginar, juzgar, discernir, sentir el mundo y traducirlo en palabras para compartirlo con nuestros semejantes”.
Miradas críticas
En la ceremonia formal, la secretaria de Cultura del gobierno de México, Alejandra Frausto, insistió que México vive una transformación que pone a la cultura como uno de los ejes primordiales de acción, siendo fundamental el “trazar puentes para cerrar las grietas más dolorosas, como la violencia o la discriminación”.
“La cultura es el terreno de la libertad, por ello el proyecto cultural del gobierno de México es radicalmente incluyente y decididamente redistributivo de nuestra riqueza cultural. Prometimos bajarnos del palco y cambiar la mirada desde donde la acción del Estado facilita los procesos culturales, el centro es la persona y la geografía prioritaria es la geografía de la exclusión, la violencia o la discriminación”.
En esta edición 33 de la FIL, el espacio que ocupaba la Secretaría de Cultura, a través de Educal, está ocupado por el Pabellón de las Lenguas Indígenas, en lo que definió como un mínimo acto de justicia hacia muchas voces que están en peligro de extinción.
En el acto, con la presencia de Sanjay Dhotre, honorable ministro de Estado del Ministerio de Desarrollo Humano de India; Juan Manuel Santos, Premio Nobel de la Paz, Enrique Grau, rector de la UNAM; Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, y el rector de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva Lomelí, el presidente del comité organizador de la feria, Raúl Padilla López, llamó a hacer cambios a la política cultural y educativa en el país.
“Tenemos que la lamentar que la educación, particularmente la superior la ciencia y la cultura, no fueron prioridades en sexenios anteriores, esperamos que ahora que se despliegan fuertes impulsos transformadores en el país, estos rubros sean el principal pivote del desarrollo nacional”.
“En cultura es momento de redefinición de prioridades tanto en las políticas, como en el presupuesto. Necesitamos avenidas no solo para la promoción de la cultura comunitaria, sino para una concepción de la cultura como un factor estratégico de construcción de ciudanía e impulso económico”, aseguró Padilla López, previo a la entrega del Premio FIL Literatura en Lenguas Romances.
Aun cuando reconoció la labor desarrollada por Alejandra Frausto al frente de la Secretaría de Cultura por construir una política vigorosa y diversa, Raúl Padilla López también se refirió a las políticas editoriales y de fomento a la lectura, que si bien son “loables en su propósito esencial”, no siempre ofrecen buenas perspectivas.
“Por encomiable que resulte la idea de llevar más libros a más lectores, la sola difusión de las obras fundamentales de literatura universal y mexicana, sin la apertura de mayores espacios editoriales a nuevos talentos, pensares o literatos, corre el riesgo de restringir la posibilidad de acceso a nuevas voces e ideas por parte del público lector, estrechando con ello los beneficios de la lectura”, enfatizó Padilla López.
Padilla López: contra la ideología
Uno de los aspectos destacados en la inauguración fue la necesidad de luchar contra lo que Raúl Padilla López definió como “los empeños ideológicos”, porque suelen ser lesivos para la integridad, la honestidad y la libertad, en el ámbito del arte, la ciencia y la cultura”, cuando espacios como la FIL Guadalajara están obligados a la plena libertad de pensamiento.
Libros abiertos
“Que nuestras vidas sean libros abiertos”. La cita de Mahatma Gandhi es el eslogan de la presencia India en la edición 33 de la Feria.
Afluencia de visitantes
Inaugurada ayer, a lo largo de nueve días la FIL Guadalajara será visitada por más de 800 mil personas de diversas generaciones.
Presencia de India
El país invitado asiste con 40 escritores, artistas y académicos, entre quienes figuran Advaita Kala, C. S. Lakshmi y Amish Tripathi.
Miradas frescas
Alrededor de 50 mil niños y niñas participan en la FIL, para ellos se cuenta con un espacio de alrededor de 4 mil metros cuadrados.