Llegó a México a los nueve años, en 1945, sin padre y sin tíos, quienes habían sido ejecutados por el régimen de Francisco Franco en España. El es Demetrio Bilbatúa, documentalista que hizo su carrera en tierras mexicanas, aunque ya traía en el olfato los olores del sulfito y bórax, pues su padre en la década de los 30 tenía talleres de revelado en blanco y negro en Vigo, en la costa española.
Con 83 años se le ve activo en la supervisión de digitalizar unos mil negativos de su acervo fotográfico, producto de 60 años de trabajo, el cual ha donado a la Fundación Slim en agradecimiento con México por la naturalización que le otorgó el régimen de Gustavo Díaz Ordaz. “Fui el número 11…”, recuerda feliz su registro como mexicano.
Su archivo incluye recortes de periódicos y documentales, negativos y sus imágenes con una Arriflex 35 mm, de 10 kilos que siempre llevaba a cuestas. Hace tres años recibió de Enrique Peña Nieto el Premio Nacional de Comunicación, en Los Pinos.
¿Cine documental?
El cine documental es el tratamiento creativo de la realidad, así de profundo y simple.
¿Trabajaría un documental sobre Ayotzinapa?
Es historia y el documental debe vivirse con hechos inmediatos, el tratamiento creativo. Tengo salud y entusiasmo para seguir filmando.
¿Haría un documental de la violencia en México?
No, esa etapa ya la viví y la vivo como ciudadano. La violencia se incrementa; no veo que se esté solucionando, me da pena.
¿Cómo inició su carrera?
Fue en la campaña de Adolfo López Mateos en 1956. Él era primo de Gabriel Figueroa Mateos y en una ocasión le dijo: “A quién me recomiendas para que haga mi campaña”; le habló de Ángel, mi hermano; Alex Philips y de mí. Era cine de 35 milímetros y es cuando empiezo a usar el color.
La cámara su vida, ¿duerme con ella?
Amanezco con mi mujer, Tere. No con la cámara. Mi pasión es el cine, mi razón de vivir, mi familia.
¿Cocina?
No, porque mi mujer lo hace muy bien. Por eso iban Luis Buñuel y Luis Alcoriza y varios más a comer a mi casa los fines de semana; se comía muy bien fabada, paella… comida española. Don Luis era de un muy buen saque.
¿Luis Buñuel?
Mi hermano Ángel, mayor que yo, lo trató mucho; él quería mucho a Ángel. Iban a mi casa a comer. Don Luis se quejaba y le daba coraje pues decía que yo tenía un talento cinematográfico positivo al servicio del gobierno y yo le respondía, pues solo así puedo invitarlo a comer y a tomar martinis.
¿Discutían de cine?
Era un hombre encantador, siempre discutía con él. Me decía: “Es que el cine se hace mucho con el guion”. Yo le contestaba que prefería la locación, filmar y después editarlo.
Vivimos una era digital.
Me preocupan mucho los documentales de hace 50 o 60 años, pues se están deteriorando, el tiempo no perdona. El celuloide se está digitalizando todo. Tengo al mejor experto de América, Javier Real.
¿Digitaliza su acervo?
Sí, él está a cargo de toda la digitalización del acervo que me apasiona. Volver a pegar, editar, sincronizar, pues se desincroniza la pista de sonoridad con la imagen. Es lo que filmé en Nueva York, Toronto, Japón, España y Alemania…
¿Qué lee?
Leo muchísimo, sobre la Conquista de México; estoy leyendo sobre la Batalla de Puebla. Mi autor de cabecera es Hermann Hesse: El lobo estepario, Siddharta, Demian... En mi juventud fue guía filosófica.
Francisco Franco...
Mi padre fue fusilado por Franco, mis tíos también. Uno era Antonino, era diputado; mi papá, Demetrio, fue representante de los trabajadores de la UGT, y Luis, telegrafista. Llegaron a telégrafos y le ordenaron que enviara un telegrama, anunciando que habían tomado la ciudad y les contestó: “Usted no es nadie para ordenarme a mí”, y lo mataron.
¿La exhumación de Franco?
Ese señor nada tenía qué hacer en el Valle de los Caídos, ahí están los combatientes de la República.
¿Dictador?
Uno de los más crueles que han existido en el siglo XX; Stalin también era dictador, pero de la izquierda; las dictaduras de izquierda o derecha son negativas.
¿Donó su acervo?
La filmoteca se la di a Carlos Slim sin cobrar un peso; le dije, yo dono esto al pueblo de México. La fundación lo cuidará y digitalizará.
¿Sus temas?
Huicholes, coras, etnias indígenas. Hice los Mil rostros de México, recorrí todo el país.