Demián Flores Cortés, el artista juchiteco que ha logrado posicionar su lenguaje en el mundo del arte, con el que sorprende en cada exposición, adelanta a M2 que trabaja en una serie de obras fuera de lo común. Ha decidido dar otra vida a sus paletas, esos soportes en los que se apoyan los pintores para crear los colores y tonos con los que dan vida a sus creaciones.
Aun cuando es un artista que trabaja con las artes gráficas, la serigrafía y otros medios, en esta ocasión recurrió a una herramienta que a través de la historia ha sido fundamental para la pintura.
La serie, a la que ha llamado Merma, estará conformada por 30 obras, cada una de las cuales representa y sintetiza varios de sus procesos creativos, a través de los cuales ha dado vida a diversas exposiciones durante casi una década.
El artista (Juchitán, Oaxaca, 1971) dice que desde hace unos ocho o diez años está creando estas piezas con paletas. “Es interesante este trabajo porque todas las paletas son distintas, hay algunas muy cargadas en las que utilicé óleo, otras, dependiendo de la serie, dan cuenta de cuando pinté al temple, por ejemplo. Unas más son casi transparentes”.
Un plano distinto
El interés de Flores Cortés es convertir estas paletas en una especie de recuperación de la memoria de su producción artística, con las que dio vida, matices y texturas a sus obras del pasado.
“Como siempre estoy tratando de innovar y de reinventarme, recuperé mis paletas con la finalidad de situarlas en un plano distinto y darles una forma estética”.
El creador, cuya obra pertenece a colecciones privadas y a los acervos de museos como el British Museum, de Reino Unido, explica que emplea la palabra merma para esta serie, en alusión al desperdicio que queda cuando se realiza un trabajo en la gráfica. Normalmente a ese papel sobrante y que se tira se le llama merma.
“Es ese sentido lo que estoy trabajando tiene que ver con eso: siempre al pintar utilizo mis paletas para mezclar colores, y no las he tirado. Las guardé durante años, así que a esos ‘desperdicios’, que dan cuenta de esos procesos, me propuse darles un significado estético y hacer obras de arte con ellos”.
Detrás de cada paleta hay una historia, refiere Flores Cortés. “Recuerdo en qué usé cada una de ellas, guiándome por las texturas y por los colores. A mí me interesa mucho reinventarme, entonces siempre experimento con colores nuevos, como los que presento en mi más reciente exposición en Casa Lamm. Ha habido otras series que van de uno a otro lado, y es ahí donde yo me doy cuenta de qué época fueron esas paletas y las técnicas”.
El artista sostiene que ahora con las nuevas maneras de ver el arte, envueltas en reflexiones y conceptos, lo que está haciendo, es abrir la brecha para que también la pintura como propuesta, tenga su propia carga de significado y su propio valor conceptual.
Reconocer las raíces
Demián Flores Cortés ha expuesto de manera colectiva e individual en reconocidos museos y galerías de México y del mundo, tanto en La Habana, Cuba, como en Lisboa, Portugal; Toulouse, Francia, y Milán, Italia.
Actualmente, Casa Lamm en Ciudad de México muestra Estandartes, lienzos para la memoria, que reúne 25 obras realizadas recientemente, y que se podrán apreciar durante este mes.
En estas obras, el artista rinde reconocimiento a sus raíces, a la pintura popular zapoteca y a sus creadores, por lo que es un tributo al arte popular, a ese que se aprende por oficio, con una enorme carga ritual y religiosa.
En sus palabras, esta serie es una reflexión sobre la identidad, la memoria y el arraigo de esta tradición, como si fuera una puerta para mostrar esas prácticas culturales hoy soslayadas.
El año pasado participó en la exposición colectiva Ser todo es parte, en Los Angeles Contemporary Exhibitions, en Los Ángeles, California. El artista refiere que “es un museo que está sobre el Boulevard de Hollywood. Nos invitaron a hacer un proyecto y la idea era hacer las piezas in situ, pero con la pandemia la exposición se reformuló y la obra se tuvo que colocar en unos aparadores con grandes ventanales”.
El artista rebasa su código postal
En Merma está el corazón de “este artista sin adjetivos”, que “construye su opus personal como vehículo para comprender su entorno, un espacio que rebasa por mucho su código postal…”, como lo definió Felipe Ehrenberg al invitarlo a exponer en Brasil y escribió el texto “Y EN ESTA ESQUINAAAAA… Un pentagrama de pensamientos en torno a la figura del juchiteco”.