En punto de las 19 horas, una fila de espectadores ingresó al Teatro de la Ciudad, recinto que, con solo el cartel como antecedente, se convertiría en el confesionario de una reina y mujer, de uno de los personajes más importantes de la historia universal, mente renacentista y forjadora de un imperio: Isabel I de Inglaterra.
Las expectativas aumentaron cuando en el escenario aparecieron Federico Figueroa, director de escena, y el pianista, Alain del Real, artistas que ofrecieron una charla preliminar sobre la ópera "Reina y mujer, las Tudor", obra lírico-teatral que forma parte del programa del Festival Internacional 5 de Mayo, sin embargo, la ciudad de los Ángeles fue el escenario de su estreno mundial.
Durante la charla, Figueroa y Del Real explicaron parte de los elementos que se apreciarían en la representación, entre ellos, el del canto, estilo vocal que se desarrolló en Italia en el siglo XVII y que buscaba la perfección; en ese sentido, ambos artistas coincidieron en que las confesiones de Isabel I solo podrían ser reveladas con la voz de la soprano poblana, Eniva Muré.
Tras el diálogo, el teatro se llenó de silencio que solo pudo ser interrumpido por la voz de la “Reina Virgen”. Segundos después, una mujer se apoderó del escenario, sin embargo, su caminar se vio mermado ante las constantes voces que la acusaron: asesinatos, ilegitimidad, traición.
Los ecos poco a poco fueron respondidos por la última monarca de los Tudor, quien reveló su alma, llena de contradicciones, de contrapuntos, el alma de una reina y mujer llena de fuerza, pues debe gobernar un reino.
Entre reproches, la voz de Enivia Muré, quien desató aplausos en más de una ocasión, se encendió para llevar al espectador a los momentos más importantes de Isabel I, los conflictos entre su razón, sus valores y sentimientos; su amor y perdón para Robert Devereux, Duque de Essex; la condena de su media hermana María I; y los recuerdos de su madre y padre, Ana Bolena y Enrique VIII, la lucha por mantener su poder en el reino. Aunado al emotivo confesionario, el tenor Óscar Santana complementó la presentación.
De esta forma, los poblanos pudieron escuchar Vivi ingrato…Quel sangue versato, (Roberto Devereux), de Gaetano Donizetti; Ciel, quest’amare lagrime (Maria, Regina D’Inghilterra), de Giovanni Pacini; Happy, happy were he (Gloriana), de Benjamin Britten; Piangete voi?... Al dolce guidami (Anna Bolena), de Gaetano Donizetti; Come again, sweet love, de John Dowland; y Bell’alme generose (Elisabetta Regina D’Inghilterra), de Gionachino Rossini.
Por último, de acuerdo con la propuesta de dirección que traslada al espectador a marzo de 1603, se observa cómo se escapa la vida de Isabel I, se exhibe la dualidad de que para ser reina, renunció a ser mujer, sin embargo, su historia quedó inmortalizada en la voz de Enivia Muré en el teatro de la ciudad de los ángeles.
MITM