Despertar y modelar al espectador

En el libro Las acrobacias del espectador, Neurociencias y teatro, y viceversa, el italiano Gabriele Sofia nos desvela, citando a Peter Brook, “cosas que el teatro ya sabía” y yo agregaría que “los practicantes…, no necesariamente”.

Despertar y modelar al espectador
Jaime Chabaud Magnus
Ciudad de México /

En el libro Las acrobacias del espectador, Neurociencias y teatro, y viceversa, el italiano Gabriele Sofia nos desvela, citando a Peter Brook, “cosas que el teatro ya sabía” y yo agregaría que “los practicantes…, no necesariamente”. Y cabe mencionar que Brook es fanático de las neurociencias. El autor de este libro nos somete a un viaje sobre la recepción (concepto que tiene su propia escuela teórica) y cómo el espectador en las artes espectaculares es también co-escritor o co-constructor de las “realidades” de la ficción que se le presentan. Perder el interés y la atención del espectador es, lo sabemos los practicantes, la cosa más fácil del mundo. Retenerla y alimentar el principio de incertidumbre, lo más terriblemente complejo que se pueda imaginar.

No pocas veces hemos escuchado a actores famosos de cine o teatro, monstruos como un Klaus María Brandauer o Meryl Streep, de cómo modelan a sus personajes para insuflarles vida. Para el teórico Ferdinando Taviani, “en su aspecto más elemental y de base, el arte del actor consiste en despertar y modelar la atención de los espectadores”. Es decir, aquellos espectáculos —sin importar si son archi contemporáneos o dentro de la tradición manteniendo como eje al señor Aristóteles— que pierden al o los públicos, muy posiblemente no han puesto entre sus premisas del proceso creativo al espectador como parte de las premisas de trabajo del mismo.

Para el catalán Carles Batlle, la escritura teatral suele contar con una cierta administración de “espacios vacíos” para incentivar el cerebro del receptor y agrega que “estas lagunas son lo que permite que el dispositivo contenga (potencialmente) un sistema de actualizaciones múltiples: cada acto de lectura [sobre el espectáculo] es diferente e irrepetible, la obra se produce en la conciencia del receptor…”. Y esta tarea, crucial para despertar las neuronas espejo, necesaria y urgentemente deberá imponernos a los creadores contemporáneos una nueva visión sobre el (los) espectador(es) de hoy.

Traspunte

El actor, un gladiador sobre el escenario

Clelia Falletti nos propone que imaginemos a un espectador imantado por un actor: “…me gusta pensar en el actor como un gladiador sobre el escenario, toda su vida depende de la capacidad de mantener la atención del espectador: si [éste] desvía la mirada, el actor muere”.


Jaime Chabaud Magnus

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