Un barco miniatura, una figura hecha de conchitas, caracoles, madera y que haga recordar a Tampico tiene un proceso detrás, es obra de artesanos porteños, como don Arturo Ramírez Padilla, que tiene 72 años y toda una vida de hacer souvenirs sobre el histórico puerto.
Sobre la calle Héroes del Cañonero, en el Centro Histórico, apenas se comienza a ver la presencia de turistas que aprovecharon el puente vacacional para visitar Tampico y también se dan tiempo de buscar un recuerdo de su visita.
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Don Arturo cuenta con nostalgia y mucho cariño que es un trabajo que heredó de su abuelo, que hacía artesanías para vender en Tampico y en playa Miramar, en Ciudad Madero. Una actividad que hacía de manera itinerante.
“Mi abuelo paterno de nombre Alejandro Ramírez, él vendía en el centro de Tampico y en la playa, era de los que iniciaron el negocio de artesanías", cuenta el comerciante y artesano, que espera con ansias la llegada de los turistas.
Su abuelo inició con el negocio familiar que heredó a su padre y ahora él mantiene; sin embargo, no está claro quién va a seguir con la tradición familiar, porque los tres hijos de Don Arturo ya son profesionistas y ya tienen sus responsabilidades.
“Todos mis hijos están grandes y casados, tengo tres hijos profesionistas: un licenciado, un ingeniero en sistemas y mi hija, que estudió para contador y pues todos tienen sus oficios, pero ya no siguieron lo mismo que nosotros, tal vez algún familiar pueda seguir adelante pero es muy difícil que retomen lo mismo".
Todos los productos que se venden son hechos en Tampico y con lo que proporciona la naturaleza, las conchas, las jaibas, los caracoles, las ranas disecadas, producto que viene del Golfo de México y que se procesa.
La pandemia por coronavirus fue contundente, “a veces solamente sacaba para comer", ya que el turismo al no ser una actividad primaria o prioritaria, se detuvo, y con ello la venta de los recuerdos ante la falta de turismo.
Creó artesanía en honor al covid-19
Durante la crisis, la venta era de la gente local y uno que otro visitante, pero a Don Arturo se le ocurrió una idea, así que de conchitas y caracoles, hizo al coronavirus. Una pelota forrada de con ha pulverizada y adornada con caracoles, era la forma de la cepa que se hizo popular en la tele.
Ahora, con la llegada de la Semana Santa, el artesano espera que las ventas se puedan incrementar, consideran que será un año positivo de recuperación en cuanto a venta.
“Apenas va a empezar el movimiento de Semana Santa, son 15 días de movimiento que probablemente nos favorezca el clima porque si esta así como está ahorita mucha gente no viene, mejor se quedan en sus casas. Esperamos de perdido, salir de nuestras deudas más o menos un 50% de ventas, pero ojalá nos favorezca el clima y más que nada el turismo que viene a levantarnos en la cuestión de ventas".
EAS