Miedo. La dramaturga y directora de escena Ximena Escalante tenía miedo a Medea, lo sigue teniendo: la idea de una madre que asesina a sus hijos no va con ella, defensora de la maternidad y de la libertad.
Pero, en la pandemia, profundizó en el mito y concluyó que Medea no es la que contó Euripides. Y decidió resignficarla en Éxtasis Medea, una pieza con la que vuelve a la dirección después de 15 años.
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Con solo dos protagonistas, a quienes ya ha dirigido, Carolina Politi (Medea) y Ximena González Rubio (Creúsa), Escalante trabajó seis meses para al fin estrenar este viernes 4 de agosto la obra, que tendrá solo 20 funciones en el Foro Lucerna, de viernes, sábados y domingos, hasta el 10 de septiembre.
“Quizás de todas las obras de literatura dramática Medea es la que más miedo me ha dado y me sigue dando. Dada mi inclinación a los mitos griegos, innumerables veces me ofrecieron productores y directores hacer una adaptación, una versión de Medea, y nunca quise hacerlo porque yo fui madre muy joven y me negué durante muchísimos años a escribir la historia de una madre que mata a sus hijos”, comenta en entrevista posterior a un ensayo, un duelo de actuación de sus protagonistas-personajes.
La pandemia reunió a Escalante con sus hijos que estudiaban fuera del país y durante el confinamiento estudió a fondo el mito, incluso la versión original de la obra de Eurípides, en la que refiere que el personaje abandonado por Jasón para casarse con la princesa Creúsa no mata a sus hijos, los protege.
“En el confinamiento casualmente reapareció Medea. Y empecé a estudiar y a estudiar y a descubrir, rastreando el mito, jalando el mito original, que no mata a sus hijos, que esa es una versión de los dramaturgos que le fabricaron, se le fue creando una leyenda negra de bruja que mata a sus hijos. Lo digo en la obra: es una fake news mitológica. Yo descubrí que no mata a sus hijos, los protege; en Éxtasis Medea reconstruyo la idea de una mujer que antes de matar a sus hijos, mata al hombre que la lastima o a la persona que se interpone entre ella y ese hombre, que en este caso es Creúsa”, añade Escalante, autora de obras como Fedra y otras griegas (2002), Andrómaca real (2007) y Electra Despierta (2008).
Mala fama
En la tragedia clásica, Medea es una extranjera que vive en Corinto con Jasón, con quien tiene dos hijos, pero éste la abandona para casarse con la princesa Créusa, hija del rey Creonte, quien decide quitarle los derechos a Medea y expulsarla del país para evitar cualquier reclamo, tras lo cual, ella mata a los hijos, después de provocar la muerte en su boda a la princesa y al padre.
Escalante subraya que a Medea se le creó tan mala fama a través del tiempo, porque el personaje es del tipo de mujeres independientes, libres, que toman decisiones por encima de paradigmas morales.
Medea ha cautivado a dramaturgos, cineastas y músicos: de Eurípides, Séneca y Jean Racine a Luigi Cherubini y Pascal Quignard, pasando por Arturo Ripstein y Pier Paolo Pasolini. Hace apenas unos meses también se montó en el teatro Sor Juana Inés de la Cruz, en CU, Medealand, de Sara Stridsberg.
“Quiero dignificar a Medea, que era una mujer libre, con derecho a reconstruir su vida. Siempre ha sido vista como una mujer implacable, que nada la rompe y, al contrario, que ella rompe a todo mundo. Yo quiero hablar de la Medea vulnerable, frágil, que se deja lastimar porque necesita sacrificar algo para conseguir su propósito, que es la venganza (contra Jasón, Creonte, Creúsa y Corinto)”, dice Escalante.
—En su obra Medea dice que es capaz de cualquier cosa.
Esa es la gran cualidad de Medea: es libre, es capaz de hacer todo lo que ella quiere, pero sabe que para eso necesita perder, no se puede ganar nada sin perder. Sabe que pierde, tiene que someterse a los maltratos de Creúsa, que la corta, la golpea. Sabe que tiene que pasar por todo eso para conseguir lo que quiere. Sí, es una mujer que tiene poderes, fuerte, una mujer capaz de todo, pero lo que no haría es matar a sus hijos”, sostiene.
—¿Qué poder ejerce Medea sobre Creúsa y esta sobre aquella para terminar en este diálogo?
El poder de Medea, que es bruja, es lograr hipnotizar a la princesa, seducirla con sus artes mágicas y con su glamour y su poder. Y el poder de Creúsa es su inocencia, y ese sentido de verdad es lo que cautiva a Medea. Y, al final del camino, en este cruce de realidad entre ellas dos, ambas descubren que son la misma mujer. Es como si Creúsa fuera Medea unos años antes, y Medea fuera Creúsa unos años después. Se ven, se identifican la una a la otra, son como un espejo de ellas las dos.
Escalante vincula a su Medea con México, donde miles de madres buscan a sus hijos desaparecidos: “En un tiempo en el que a las madres les son arrebatados los hijos, quiero hablar de este potencial de las madres de defender a sus hijos a costa de todo. Medea, para salvar la vida de sus hijos, se va, los abandona, para que no los maltrate la ciudad, para que no la sigan culpando y ejerciendo una violencia en ella que si crece llegará a sus hijos. Yo defiendo la maternidad, defiendo a las mujeres y su derecho de tener una libre decisión sobre su destino y que sus hijos no sean nunca una razón de limitación para decisión de vida. Es una obra muy pertinente en este momento histórico”, expuso la dramaturga.
La temporada inicia a partir del 4 de agosto y se extenderá hasta el 10 de septiembre, con funciones los viernes a las 20:30 horas, sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00 horas.
PCL