Ediciones Periféricas cumple cinco años de apoyar a escritores emergentes

Ediciones Periféricas cumplió cinco años de vida con alrededor de 80 títulos publicados, principalmente primeras obras de autores de diversas partes de México, además de Argentina, Chile, Guatemala, Honduras y Perú.

El camino no ha sido sencillo en la industria editorial, pero han logrado reunir un catálogo robusto, con escritores como Mercedes Álvarez, Brenda Ríos, Julio Meza Díaz, Fernando Yacamán, Atzin Nieto Virginia Hernández Reta y Antonio Calera-Grobet, entre otros.

En entrevista con MILENIO, Nahúm Torres (México, 1977), editor y fundador del proyecto, señala que su objetivo es encontrar talento emergente en México y si es fuera de la ciudad, mucho mejor.

—¿Cómo nace la editorial

Como una especie de subsello de otro que se llama Librosampleados, en el que siempre hacíamos colecciones que esperábamos algún día se independizaran. Periféricas funcionó muy bien como un sello literario para autores emergentes, es decir, su primer libro publicado, segundo libro o un narrador que es su primer libro de poesía o viceversa; esa es la línea de la editorial, apoyar a escritores emergentes.

—¿Hay autores de los estados?

Muchos, la idea es no publicar mucho de Ciudad de México. Por ejemplo, editamos la recopilación Menos bella, más brutal. Nueva Narrativa Mexiquense, son 24 autores y todos viven en la zona conurbada y hay de todo: violencia, realismo y mucho talento. Esto ayuda mucho a entender lo que viven en el Estado de México, y varios de esos autores mexiquenses ya tienen libros de manera individual.

—¿Están abiertos a todos los géneros?

Nuestra colección principal se llama Narrativas periféricas y es precisamente de cuento, de ahí derivó un poco a la novela, sobre todo por la novela negra. Pero también tenemos una de poesía que se llama Poesía circundante y por eso lanzamos el Premio de Poesía Circundante 2021, que ganó La heredad de los espejos, de Gilda García Romero, y lo vamos hacer cada dos años.

—¿Cómo ha sido batallar en la industria editorial?

Nos hemos adaptado. En la pandemia, la impresión bajo demanda nos permitió sobrevivir y tener un proyecto editorial de búsqueda, es decir, no ceñido a lo que está en el mercado. En nuestra búsqueda solo publicamos literatura, ficción en cualquier género y con una producción moderada, el libro con el mayor tiraje rebasa los mil ejemplares con la idea de permanecer.

—¿Cómo te ves?

En el mercado mexicano yo prefiero jugar desde este lado, si hubiera comparación con el futbol, me siento como un equipo de futbol llanero y sé que algún día encontraré a un Cuauhtémoc Blanco y si se va a una editorial grande, pues bien por él.

—¿Eres un buscador de talentos?

No me considero un head hunter como dicen los gringos, pero sí, la editorial es de búsqueda, tenemos grandes libros que a lo mejor no tienen las grandes ventas pero el valor es la calidad, pero eso es ya del mercado, ya no es uno.

—¿Cómo ha sido la búsqueda de plumas emergentes?

Son voces que aún no han publicado pero que llegan por distintos caminos. Por ejemplo, de Fernando Yacamán publicamos La virgen del sado, literatura gay, que era más marginal que lo periférico. Ahora en las librerías ya hay módulos de diversidad pero sigue siendo una cosa muy marginal. Al día de hoy, no he publicado literatura lésbica porque nadie me ha mandado. Podemos decir que la búsqueda se vuelve una cosa muy azarosa, pero hemos permanecido.

—¿Existe demasiado talento emergente?

Yo creo que hay una sobrepoblación. Las editoriales grandes, medianas o independientes no pueden darse abasto, por eso todos los días surge una nueva editorial. Pero hay nuevos escritores con una calidad muy aceptable, el problema es que autores que dicen: “somos artistas” y no están pensando en los lectores, pareciera que hay una especie de distanciamiento entre autor y lector y ahí las editoriales tenemos una gran labor.

—¿A dónde se dirige Periféricas?

Hemos publicado 80 títulos pero yo quisiera haber publicado unos 200, pero por las propias dimensiones de la editorial no puedo darle cabida a todo lo que me llega. Incluso, después de cinco años, estoy más centrado en publicar de acuerdo con el perfil que te hablaba.

—Veo en la editorial a Pepe Rojo o al gran Antonio Calera-Grobet.

Después de cinco años hemos publicado a otros autores como los que mencionas, pero que están de lado de una cultura alternativa, que han hecho su propia producción cultural, por eso están ahí.

—¿La colección de novela negra ha funcionado bien?

Cuando hicimos la serie Redrum, la idea era apostar por autores que no disimularon su intención por la novela negra porque en México siempre ha estado oculta. La primera que publicamos fue Adicción a ver muertos, de Oswaldo Buendía Galicia, que tiene detectives, y es como una amalgama de todas. Ahora ya tenemos muchos títulos.

—¿Ediciones Periféricas es una editorial independiente?

No. La editorial es autogestiva porque tiene que ver con nuestros recursos, no estamos a la expectativa de que el Estado nos va apoyar o a premiar, eso puede ser una consecuencia pero no es un objetivo, y lo mismo pasa con Librosampleados y seguimos resistiendo, buscando talento, propuestas, sobreviviendo y publicando los libros que nos gustan y que deseamos le gusten a los lectores también.

PCL